viernes, 30 de diciembre de 2011

Adiós libertad, hola ignorancia

Falta un día,¡un sólo día! para que acabe el año, y nos dan la última "clatellada"...nos lanzan la Ley Sinde. Así: placa, placa. Antes de las Uvas, a lo grande. Y precisamente esta mañana le había mandado yo un twitter al Balagueró, que es de Barna y estuvo en Radio P.I.C.A, al descubrir que tiene el mismo discurso que casi todos los que han logrado comer del arte y la cultura. Quieren el mismo derecho que las estrellas de fútbol, entiendo. Ser millonarios, si puede ser,y si no al menos llevar un tren de vida "normal",es decir: pagarse la sanidad privada, viajar, tener un piso de propiedad con calefacción y aire acondicionado y una buena conexión a la Red, un vehículo, y probablemente alguna que otra chuchería más.Vamos, quieren lo que queremos todos: una vivienda, una sanidad, una información, unas comodidades, eso a lo que cualquier terrícola debería tener acceso, si no gratuíto, al menos bastante más asequible. Los artistas, al ponerse del lado del Mercado, lo que hacen es traicionar al Arte, además de al resto de la especie. Pero siendo de los de mi calaña me da más vergüenza.
La Red representa una nueva dimensión en la exposición de corrientes artísticas, impedir su libre funcionamiento es lo mismo que gritarnos QUEREMOS QUE ESCUCHÉIS Y VEÁIS LO QUE EL MERCADO QUIERA VENDER. Tal vez no sea tan exagerado...de momento.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Felicitación

Esta está siendo una Navidad extraña, las conversaciones en la mesa son tensas, nadie tiene un duro, se las ven venir negras. Peligro en el ambiente. Les digo que yo siempre vivo en precario, y muchos amigos míos también, sin perder el estilo y sorteando las visicitudes, sin hipotecas, sin hijos, sin coche, compartiendo piso la mayoría, con trabajos por debajo de sus talentos, comprando ropa en las rebajas y poniendo la imaginación a trabajar,  y la verdad, dentro de lo que cabe, diría que somos bastante felices. Con eso no defiendo la escasez, pues estoy a favor de la abundancia, pero de la abundancia en bienes comunes. Si la energía, el agua, el alimento, la vivienda, la salud y la educación son abundantes, de calidad, bien repartidos, obviamente gratuítos y estructurados de manera eficiente, nuestras necesidades básicas estarían cubiertas y los seres humanos podríamos dedicarnos a otros menesteres más interesantes y elevados. Si no que con el presumir de llevar una vida humilde quería decir que el egoísmo de querer lo mejor para sí; pisos de propiedad, una familia estándard, un cochazo nuevo, ropa de temporada de marcas con caché, sanidad privada que te atiende rápido, escuelas en las que los contactos sociales prometan cierto porvenir, por supuesto espoleados por una sociedad basada en el comercio, nos ha hecho tal vez olvidar la aportación personal de cada individuo a lo común. Ahora, cuando a uno le tocan el sueldo, la paga extra, el cole de los niños, el crédito bancario, ahora se da cuenta de lo que necesita. Y de repente hasta puede que se solidarice con el de al lado para buscar soluciones...comunes. 
Así que a pesar de las incongruencias, los surrealismos, las desfachateces, los errores garrafales y las crueldades de las noticias que nos llegan cada día, yo le rezo a Tesla para que la humanidad se decante más por su conexión inalámbrica planetaria que por su Rayo de la Muerte. Que no digo que no sea el espíritu navideño, que lo dudo, pero no puedo evitar ver cosas positivas en esta catársis, o crisis, como quieran llamarle. 

Les deseo un feliz año 2012.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Soliloquios nocturnos

PARTIDOS- Lo de que a mí no me gusta ni la izquierda ni la derecha porque todos son iguales no es una medida exacta. Puede que la derecha se sienta con más poderío para llevar a cabo acciones extremas económicas y sociales sin los remilgos que se le supondría a la izquierda. No sé como serían el parlamento y todas esas asambleas oficiales si en ellas se congregara más diversidad de opciones políticas...probablemente un guirigall, y más dificil ponerse de acuerdo, no sé. Tal vez por eso hayamos acabado agrupándonos en dos grandes conjuntos, ninguno radical y ambos amigos del dinero. Porque es más cómodo para todos, es más fácil culpar al otro (recuerdo 1984, todo el principio alienador se basaba en un baile de alternancias de los odios), se garantiza un poco de espectáculo, al final van a acabar haciendo lo que les de la gana y luego el votante meneará la cabeza como el hincha de un equipo de fútbol cuando un jugador la caga. Para la ciudadanía que delega las  cuentas conjuntas, el estado de los bienes conjuntos, la garantía de unas mínimas comodidades, que delega en fin todas las cuestiones generales y de gestión común, el sistema bipartidista tuvo grandes momentos. Pero esto, por varias razones, ha quedado anticuado. Y ahora, con más información y más contacto con el prójimo, parece que los individuos que antes delegaban ahora quieren expresar sus opiniones y ser escuchados. Es posible que nuevas ideas estén empujando para salir a flote. 

APRETANDO- Tengo la sensación de que un cinturón de goma elástica nos está anudando. Los recortes son alucinantes. Nunca había visto algo así. Creo que estamos todos un poco asustados en esta ciudad. En paro. Cerrando negocios. Con trabajos precarios. O que se convierten en inseguros de un año para otro. Buscando trabajo sin encontrar. O matándose a currar por un sueldo que nunca pagará el esfuerzo y el tiempo. Con pisos en venta enterrados en papeleo. Con hipotecas eternas y deudas constantes. Compartiendo piso casi por obligación. Y hay situaciones peores. La mejores situaciones están reservadas para los que tienen sacas en vez de bolsillos.
Nuestra cadena de trabajo es insana. Un ser humano no debería trabajar por conseguir dinero si no porque ama la labor que está llevando a cabo, porque siente pasión por esa materia a la que convertirá en algo disfrutable por los demás. Sé que suena a perogrullo pero es que no lo veo tan complicado. El problema no es aprender a vivir con menos si no priorizar lo que es indispensable y transformarlo en abundante.

martes, 6 de diciembre de 2011

Entrevistas con Mercurio: Educación

En Mercurio el sistema educativo es básicamente muy parecido al de la Tierra, aunque sus sutiles diferencias lo hacen mucho más efectivo y hasta saludable. Para empezar es completamente público, como hace muchos años lo fue también, en parte, en el planeta de origen. En Mercurio, como ya todo el mundo sabe a pesar de los intentos de la prensa oficial de hacernos creer que allí se viven en la decadencia, el dinero común se invierte en el cuidado de las personas y en su futuro, en el futuro de su sociedad. Por eso el ejemplo de Mercurio es tan peligroso para el sistema político, económico y social de la Tierra.
Los niños y niñas hasta los cinco años son educados en la cooperación y pasan al siguiente ciclo hablando de tres a cuatro idiomas dependiendo de la zona. A partir de los seis años la cosa se intensifica, se trata de alentar a cada individuo en las cosas que mejor se le dan para que luego tenga la oportunidad de elegir especializarse en algunas de ellas y aprender el mecanismo de todas, a la vez que se les educa en la realidad...por ejemplo: el deporte no es una asignatura, aunque usen casi el mismo sistema de evaluación constante que en la Tierra, si no que de bien pequeños tienen la gimnasia corporal como una costumbre que dificilmente abandonarán más adelante. Y se da igual importancia a las aptitudes artísticas que a las de memoria que a las de cálculo, pues todas las habilidades tienen un lugar en el futuro de la especie humana. Esta fase educativa se prolonga hasta los doce años, aumentando su nivel de dificultad a medida que los alumnos la demandan. Hay que decir que el profesorado de Mercurio está seleccionado seriamente a partir de su empatía, imaginación y, sobre todo, vocación. Y claro, sus sueldos les permiten una vida lo suficientemente agradable como para que su vocación encuentre un lugar. En Mercurio una escuela no es ni un párking ni una familia postiza, si no que es lo que debe de ser: una ayuda para que los cachorros humanos transiten con información hacia la etapa más larga de sus vidas, que será la madurez.
A partir de los doce años la educación se especializa procurando ofrecer a cada alumno lo que sus características demandan, facilitando utensilios, herramientas, físicas o mentales,  para que el ser humano se desarrolle en plenitud en esa tan corta y energética edad que el baile de hormonas provoca hasta la plena juventud. Las asignaturas troncales se basan de nuevo en la practicidad, ubicando al alumnado en la realidad que viven y dejando las teorías para más adelante. Por ejemplo: las clásicas matemáticas desaparecen en la educación mercuriana, a excepción de los alumnos que evidencian una clara aptitud para esa materia, pasando a ser, así lo llaman, Números Cotidianos, una asignatura que todos cursan y en la que se les enseña a bregar con el lenguaje numérico al que se van a enfrentar en la vida cotidiana y también a entender el sistema económico en el que están envueltos, de manera que tengan la información básica para manejarse en el futuro en los distintos mundos y puedan, incluso, variarlo a mejor.
De los 15 a los 17 años de edad, en Mercurio el sistema educativo se reparte en infinidad de áreas especializadas que van desde la mecánica  a la robótica, desde el periodismo al Arte, desde la artesanía al diseño industrial y perfectamente compatibles entre sí, de manera que un alumno o alumna puede aprender a pìlotar un avión, costura, cocina japonesa, historia del cine, filosofía básica y piano en tres cursos. Si se decanta por alguna de estas profesiones se especializará aún más en los años que vienen, y lo demás serán recursos efectivos en el caso que cambie de opinión o le surja alguna oportunidad en la madurez.
A los 18 todo mercuriano y mercuriana es becado para viajar por el mundo, adecuadamente informado de la sexualidad humana, para aprender a vivir en lugares distintos, espabilarse en el mundo, expresarse en su máxima plenitud, conocer lo diferente y, en fin, entre nosotros, ponerse las botas en los placeres, y a veces penurias, que la vida adulta les depara, o sea, liberar sus hormonas y pasárselo en grande. De los 18 a los 19 o 20 años, según el caso, ningún habitante de Mercurio accede a una escuela, si no que son empujados a la vida, a caer del nido y a volar.
A partir de ahí, el mercado laboral se abre a sus mentes frescas y entran como aprendices en los más variados oficios. Y si son de aspiraciones intelectualmente elevadas o sienten vocación hacia servicios sociales que requieren detallados conocimientos, tienen acceso, al igual que cualquier habitante de Mercurio mayor de 20 años, a la Universidad.
Las Universidades de Mercurio son curiosísimas. En ella una puede encontrar la más diversa de las personalidades, de cualquier edad, inquietud y origen. Hay dos ramas bien diferenciadas en las Universidades Mercurianas: las técnicas y las teóricas. El profesorado vive en las mismas instalaciones universitarias, de manera que la vivienda ya no es un problema y pueden dedicarse por entero al placer de enseñar lo que se sabe. Un aplicado alumno de medicina, por ejemplo, puede asistir también a las graciosas clases de filosofía de una encantadora escritora, entrada en años, cuya experiencia vital ha sido suficiente para elaborar una inteligente trama sobre la existencia. O una alumna brillante de Literatura puede verse fascinada por las enseñanzas de un magnífico herbolario experto en botánica (probablemente para escribir sobre ello). Así una persona pude interesarse por varias cosas a la vez y aprender sobre ellas. No hay límite temporal de estudios en las universidades mercurianas, si no que una persona puede estar en perpétuo aprendizaje mientras ejercita sus conocimientos en un trabajo de 6 horas (más horas de trabajo son consideradas explotación en Mercurio, como ya explicaremos en próximas crónicas).
Así pues, Mercurio, sigue siendo un bonito ejemplo de lo que podría ser la Tierra si el mercantilismo, la eficiencia obrera y la falta de miras al futuro no hubieran embadurnado nuestras ideas. Seguiremos informando.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Post

Bueno, ya han pasado las elecciones generales y tal. El experimento ha sido fallido, aunque no desalentador. El panorama de la derecha abriéndose terreno es preocupante. Lo de la Ley del Péndulo es lo que tiene. Para romper la cuerda y cambiar esa ley, hay que seguir serrando.
Aquí en Barcelona la gente está asustada. El futuro pinta negro. Nos dicen que los recortes son necesarios mientras sus estatus no se tambalean. Y estoy segura de que la población, si oliese a acto justo, sería muy capaz de ajustarse el cinturón si hiciera falta. El problema es que esa petición se impone como una obligación y nada en sus esferas parece indicar que los más grandes chupópteros van a dejar de mamar de la Gran Teta. Así que la gente se mosquea, como es natural.
Lo más irónico es que suben las tarifas de lo prescindible y atacan a la yugular de los pilares sagrados de una civilización sana: vivienda, educación y sanidad. El trabajo, que en principio sirve para acceder a todo eso, también escasea. Todo esto debería mosquearnos lo suficiente como para pensar en hacer algo elegante que ponga en un brete a quienes generan esta decadente situación.
Votar a partidos pequeños, abstenerse de manera racional, reunirse en las plazas de los barrios, impedir desahucios, hacer videos de Anonymous, asociarse de mil maneras, expresarse en las redes sociales, crear convocatorias, charlas y debates, manifestarse o hacer caceroladas ha sido muy útil y lo seguirá siendo, porque de alguna manera tenemos que darnos cuenta de que somos muchos. La participación en La Red es nuestro mayor apoyo y ha sido la plataforma que estábamos esperando, seguro que nos depara más sorpresas a medida que vayamos descubriendo como usarla a nuestro favor, pero de vez en cuando hay que hacernos ver y vernos, para hacer patente nuestra fuerza y para comprobar que no estamos aislados en grupúsculos tras las pantallas.
Pienso que la avaricia, la estupidez y el egoísmo del que hacen gala los grandes poderes no debe ser impedimiento para seguir buscando alternativas, para seguir insistiendo en hacer realidad nuevas ideas, además la lógica no nos va a dejar hacer otra cosa. Cualquier persona estaría de acuerdo en conservar el planeta y aprovechar sus recursos con inteligencia, y cuidar a sus especies, sobre todo a la nuestra, trabajando entre todos para que nuestras vidas sean seguras, largas, divertidas, placenteras y útiles. Esto debería estar en la cabeza de cualquiera, sea cual sea su responsabilidad social, y más presente aún en quienes tienen manera directa de incidir en la evolución de la humanidad, ya sea construyendo edificios, fabricando medicinas, generando energía o manteniendo una red de comunicación. El otro día vi una peli antigua que hablaba más o menos de eso, de Robert Wise, "La Torre de los Ambiciosos" del año 54.

En fin, que vienen tiempos difíciles y da un poco de pereza, con tanta incertidumbre. 
Algo se nos ocurrirá.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Grecia, la Noria, la SGAE y dos guapos

Metidita en mi burbuja de la Red estoy yo normalmente, pero unos días de curro intensivo me han permitido pasar el tiempo leyendo la prensa en papel. Una cosa no quita la otra, pero prefiero la diversidad de opiniones e informaciones de las variopintas redes sociales a los tendenciosos titulares y tópicos articulillos del periodismo que va de profesional, sinceramente. Cuestión de gustos, supongo.
Me han llamado la atención estos temas:

GRECIA: Bueno, además de la triste situación del país que parió la tan traída democracia, lo que me alarma es la falta de solidadidad entre los gobernantes de los países europeos y especialmente deplorable me parece ese estúpido de Sarkozy, ¡qué ganas de perderlo de vista tengo, Mon Dieu!...a él y a su fantasmal esposa. Aunque la salchicha alemana Merkel tampoco me apasiona. En general no tengo simpatía por ninguno de los dirigentes actuales, pero siempre caen peor los que con orgullo dan la cara por la avaricia y el egoísmo, y ponen el culo sin vergüenza ninguna al capitalismo salvaje de estos tiempos. En un momento de crisis económica, que además está generada por los mismos que intentan salvarla, las deudas deberían ser perdonadas. Y la mafiosa actitud, reconocida por el mismo líder gabacho, de presionar a un país (y con esa palabreja me refiero a su población humana) que está al borde del fracaso total, en vez de ayudarlo, de sostenerlo, me parece que no sirve a la idea de unión si no que potencia la peligrosa competencia entre países. Si tuviera a ese niñato con cara de viejo delante, se la partía con mi propio puño. A él y a su fantasmagórica esposa.
LA NORIA: es un programa asqueroso de esos de cotilleo visceral, chafarderismo vomitivo y chismorreo bajero de la patética Tele 5. Últimamente ha sido protagonista de la Red, hasta llegar a los medios normales, por la polémica entrevista que hicieron a la madre de un presunto asesino. La gente se ha indignado, ahora sí, ante esa malevolencia costumbrista y se han rebelado hasta las marcas publicitarias, que han dejado de patrocinar el programa, asustados, quizás, por el repentino desprecio demostrado por un público que de normal está calladito y bien apoltronado en el sofá tragándose cualquier basura. Vamos, que me parece estupendo que la gente proteste por encontrarse una mosca, pero qué lástima que no se den cuenta de que están sorbiendo una sopa putrefacta. Yo, como no veo la tele, eso que me ahorro.
LA SGAE: Cuidado que los medios oficiales están ya dando el tema por zanjado, y, por lo tanto, volveremos al oscurantismo.  Una vez eliminado, más o menos, el viejales Teddy Bautista ahora hacen ver, por arte de birlibirloque, que de repente, la Sociedad General de Autores va a convertirse en un ente honrado. Pero su mera existencia no lo es. Recordemos que no es un organismo público si no una empresa privada de gestión que nadie necesita, en realidad, salvo tres o cuatro pesados que no paran de salir en la radio comercial, en la tele y en la prensa rosa, y de la otra. Y a pesar de que la gran mayoría de creadores no necesita a la SGAE para NADA, está omnipresente chupando del bote todo lo que puede y aportando a la cultura y al arte los gestos mafioso que están tan de moda. Ahora van a por las Radios Libres...ah, ¿no lo sabían?, claro, es que en la prensa sólo salen los nuevos salvadores, el relevo de las pirañas, ocultas sus fauces en nerviosas sonrisas. Las Radios Libres son radios hechas por y para la ciudadanía, derecho que está contemplado incluso en la Constitución, oiga. Sin embargo, las radios ciudadanas en este momento están en un limbo de alegalidad, pendiendo de un hilo. Y alimañas como la SGAE, y otras empresas piratescas (busquen Luís Cobos en el Google y llévense una sorpresa, sí aquel hortera, aquel) están al acecho como buitres esperando a ver qué les cae. 
LOS DOS GUAPOS: Mi sexsymbol de toda la vida, el Señor Santiago Auserón, ha sido premiado por el estado con unos cuantos euros por su labor musical. A mí su labor musical me parece fantástica, y yo le daría, si tuviera, unos cuantos euros más de mi bolsillo a este hombre que ha sido de lo más guapo y sexy que ha habido por estos lares y que tampoco se ha subido a la parra como el tal Alejandro Sanz, por ejemplo, y que además prefiero que se lo den a Santi antes que a algún torero o, no por favor, al tiparraco Sabina. Pero leídas sus declaraciones sobre la SGAE me suena más a un pequeño soborno. El otro guapo de toda la vida, Richard Gere, ha abierto la boquita para dar su apoyo a la indignación colectiva de la población terrestre, parece que el budismo es más generoso que el cristianismo. O es que las canas le sientan bién, no sé.



viernes, 28 de octubre de 2011

Votar S.A

Yo no voto. Esa es mi táctica. Y me encantaría comprobar qué pasaría si una mayoría absoluta de ciudadanos  se negara a participar en esos Juegos Olímpicos de la Democracia, en esa Champions League en la que se enfrentan dos grandes equipos, dos grandes partidos que representan ideas opuestas, en teoría, distintas empresas a la práctica. Pero también tengo curiosidad por el nuevo experimento que se propone: votar a pequeños partidos y prescindir de los dos dinosaurios Izquierda-Derecha. De momento, lo que van a conseguir es que la Derecha acapare los gobiernos y con ellos las políticas económicas en detrimento de las sociales. O sea excatamente lo contrario a lo que se pretende. Las gentes de derechas, ya se sabe, más lentas, menos atrevidas, más anticuadas y puede que hasta más egoístas, tardarán mucho más, si lo hacen, en llegar a conclusiones de corte planetario. Pero los fachas del tipo friki marbellí están en peligro de extinción tanto como los progres del destape. Es una cuestión de velocidades.
En mi humilde opinión de dependientilla y cantantucha nada va a cambiar de manera radical, más bien creo que estamos sufriendo una transformación lenta, empujados por los resultados visibles de la  avaricia de unos pocos. Es una era glaciar que acabará con las ideas que ya no sirven. Es natural que algunos gigantes se quejen y coleen, y puede que sus latigazos nos hieran. Pero hay algo que será imparable. Los conociemientos que heredarán las nuevas generaciones aumentarán la lupa con la que miran el mundo.
No creo que ahora vaya a cambiar nada, digo, de manera radical. Lo más probable, y lo más lógico, es que lleguemos a un acuerdo de mínimos bajo los que toda la humanidad pueda vivir. Y eso no es nada nuevo, pero ahora con los medios a nuestro alcance, la manipulación, la mentira, el desvío de atención, se va haciendo cada vez más difícil mantenernos aislados, domesticados y obedientes.
Es a las Empresas a las que debemos orientar la mirada. Y hacia nosotros mimos. Sin clientes no hay mercado. Nosotros somos los que sostenemos el sistema. Una Democracia Real, ahora mismo, significaría saber a qué empresas estamos votando y a qué familiares de quién estamos dando trabajo. Si son empresas relacionadas con el Vaticano, por ejemplo, o pertenecen a tal banco, o se mantienen vendiendo armas de tapadillo o vaya-usted-a-saber qué otros demoníacos chanchullos, y si son empresas contaminantes, cual es el estado de sus cuentas, qué pretenden vendernos para la nueva temporada, etc. Por que eso es exactamente lo que estamos votando a ciegas. 

domingo, 23 de octubre de 2011

Blablaísmos

Hoy estoy contenta. No sé, algo me dice que no es tan difícil ponernos de acuerdo.
O al menos esa es la señal que me llega de mi entorno inmediato, me refiero a amigos, familia, conocidos y amigos de las redes sociales. Que, algunos más exitosos o suertudos que otros, pertenecen en su clara mayoría a un grupo de nivel económico de llevadero a soportable, aunque con dificultades; de nivel educativo medio, más bien por culpa del sistema que por sus buenas capacidades, pero bastante informados e incluso cultos¨a pesar de todo; y de nivel vital en ritmo de crecimiento hacia edades adultas que no son tan desgaradables como pensábamos. Es decir, el entorno que me transmite la sensación de optimismo y esperanza es gente que está intentando hacer de sus vidas algo interesante, buscando la felicidad propia, un camino que inspire, un algo con lo que se pueda convivir. Y estoy contenta porque pienso que si somos capaces de aspirar a la mejoría, si somos capaces de transmutar convicciones, dogmas aprendidos, deseos, pensamientos, para adaptarnos mejor a nuestro alrededor estando a gusto con nosotros mismos pese a las aflicciones, las escaseces y la mala suerte, también seremos capaces, e incluso rápidos, en pasar a la acción si el planeta nos necesita.
A veces pienso que pienso como uno de esos frikis del gran advenimiento de los OVNIS. Conciencia planetaria. Un mundo sin fronteras. Robots para hacernos la vida mejor. Una megacomputadora que gestione equitativamente nuestros recursos. Un lugar donde todo el mundo tenga un hogar decente. En el que las enfermedades tengan cura y podamos aspirar a una vida más larga y más resistente. Y ya, de paso, teletransportación.
Bueno, pues yo pienso así.
Y también aprendo mucho de los demócratas que tienen fe en lo común público, de los señores y señoras de antes que se debían fidelidad y compañía para toda la vida, de los nacionalistas que aman con posesividad, de las chicas monas que no saben de política pero sí mucho de arte y de la amistad, de los anarquistas antiguos y su abrazo a la Tierra, de los asamblearios que sacrifican su tiempo a la causa, de toda aquella persona que siente el latido y el impulso de estar vivo e intentar hacerlo bien.
Claro, yo no tengo ningún contacto con estrellas del rock, de la política, de la religión, del cine, de la tele, con multimillonarios, top-models o deportistas. No conozco a nadie que no sea de en medio. Y si en lo horizontal las cosas prometen, desde mi vertical no veo el cielo poblado de muchas estrellas resplandecientes, si no de gente que está colgada de globos que nosotros sostenemos. ¿Qué pasaría si los hilos se soltaran? Sólo pregunto. No me veo capaz de prescindir de cosas que me gustan mucho y que son productos generados por nuestro sistema económico. Pero creo que hago bien en no lanzarme a lo loco a poseer todo lo que me venden. 
Y si miro hacia abajo de mi vertical, lo que veo es a seres humanos que deberían tener la oportunidad de decidir por sí mismos, que es lo que necesita esta especie para avanzar hacia el siguiente paso. Y no me siento culpable de su precariedad porque yo no nací en ningún sitio donde se puedan cambiar las cosas de verdad. No tengo poder ninguno. Sólo opinión y la lengua larga.  Y un dedito aficionado al "Compartir".
En fin, lo que quería decir es que veo a la gente capaz de ponerse de acuerdo, de dejar a un lado las emociones particulares, las recillas pueblerinas, e incluso arremangarse si hace falta, que no se nos caerán los anillos por dejar de mirarnos el ombligo. Escuchándonos unos a otros las verdades saldrán solas.
Los músicos sabemos de esto, es imposible tocar algo juntos que suene agradable si no escuchamos los ritmos y melodías que está tocando el otro,  y las combinaciones individuales dan lugar a una sola voz que es la canción, cargada de las distintas aportaciones, perfectamente audibles por separado, pero sonando como una sólida estructura.





jueves, 13 de octubre de 2011

Poblenou, ayer

Ayer noche yo estaba en Poblenou, en casa de mi amiga Laura, celebrando el cumple de Gemma. Estábamos en el patio interior, tranquilamente. Era una tarde de fiesta, porque ayer era 12 de Octubre, según algunos el día de la Hispanidad, una chorrada como cualquier otra, para la mayoría una excusa para tener un respiro en medio de la semana laboral.
Pues bien, estábamos, como digo, muy tranquilitas preguntando al Tarot, cuando, de repente, empezamos a escuchar griterío desde la calle. Lo primero preguntarnos si hay fútbol, porque cuando juega el FB Barcelona también se oye jolgorio zombi desde el patio. Entonces nos pareció oir más bien gritos reivindicativos: "Es una manifestación", dijimos. Hasta caer en la cuenta de la fecha y entender las consignas que nos llegaban: "Fora feixistes del nostre barri" y esas cosas. Y en cuestión de segundos: CRASH, POOOM...y demás onomatopeyas. Vidrios rotos, sonido de persianas sacudidas y varias voces unidas en un OOOOOM tipo ejército de orcos, como en una pequeña guerra de trogloditas. Y nosotras ahí sin ver nada, sólo con el sonido recibido, imaginando lo que pudiera haber ocurrido realmente. Cuando Gemma y yo salimos a la calle a buscar el metro para ir al ensayo nos encontramos con una visión postnuclear. Un montón de vecinos dispersados comentando la jugada. Y las calles de alrededor de la parada del metro de Poblenou sitiadas literalmente por furgones policiales y antidisturbios con sus mejores galas. Una pareja de inocentes viejos intentó a la vez que nosotras entrar al metro. Pero los trabajadores del subterráneo, tras las barras de la puerta metálica, nos explicaron que el metro, en todo el barrio, estaba cerrado. O sea, para salir de Poblenou, tuvimos que ir hasta El Clot. A mí me pareció exageradísimo. Cada año por la misma fecha pasan cosas parecidas, es la cita anual de unos antiguos enemigos entre sí, y quedan para darse de óstias, un entretenimiento bastante estúpido que no tiene demasiado interés para el resto de ciudadanos a los que se la rempampinfla tanto la Hispanidad, la alemania nazi, la España de Franco como la obsesión justiciera skinkumba,  por ponerse la cara morada entre sí. La verdad es que si quieren pegarse no encuentro problema, pero sería más práctico que quedaran en un descampado y se mataran, si quieren, sin manchar el asfalto ni molestar a los demás. Batalla campal, desahogo de adrenalina, afirmación de identidades, y luego la Seguridad Social, que pagamos entre todos y que nos están quitando impunemente, ya les coserá las heridas en el cráneo. Iríamos más rápidos si, antes de salir a hacer el ridículo por la ciudad, fueran directamente al psiquiatra a por unas pastillitas.
Luego nos enteramos de que en un bar de moteros que hay por ahí se había organizado un conciertillo nazionalista. Da miedo pensar en coincidir con ellos en el metro a la vuelta a casa. Imagino que volverían todos borrachos, enardecidos por haberse encontrado entre ellos, pues ya no quedan muchos cerebros de esas características, y a mí, por ser morena, por ser mujer, por ser diferente, ya me habrían dado el susto. Y la verdad, todo el mundo tiene derecho a pensar y a expresar lo que le de la gana pero, como dice mi compañera de piso, Anna, ser nazi es como para serlo a escondidas. Así que no puedo evitar en parte sentirme agradecida a Antifascistas y Pasma por haberme librado de un momento incómodo. A pesar de que mi convicción absoluta en la Libertad de Expresión me obliga a aceptar que unos cuantos puedan quedar a celebrar una fecha con un concierto sin que nadie se lo impida.
El despliegue policial alrededor de estos hechos fue ayer espectacular, desmedido. En vez de una reyerta entre bandas, parecía que hubiera habido un atentado. Exagerado. La vecindad flipaba. Y una no puede evitar pensar que tal efecto teatral es una demostración de poder y bondad de cara a las manifestaciones del día 15 de Octubre en Barcelona. Si la ciudadanía sin demasiadas inquietudes políticas pero jodida igual por la crisis y por las injustas medidas de los gobiernos, bancos y otras empresas planetarias, se siente tranquila hoy en manos de sus protectores, el sábado 15, si hay algún pequeño altercado sobredimensionado luego por los medios de comunicación, irán a favor de la Policía, o sea, del Poder. Y voilá. Ya han girado la tortilla. Lo que no entienden es que, a estas alturas, la ciudadanía ya comprende estos mecanismos. 
Por otro lado, pienso que la acción correcta de la pasma hubiera sido ayer simplemente garantizar que los cuatro nazis que quedan no se desmadraran más de la cuenta desplegando discretamente efectivos en puntos clave de la ciudad. Porque al final la cosa va en contra de ellos mismos. Al detener a los antifascistas, que, seamos justos, intentaron impedir ayer  la libre expresión de otras personas, lo que están demostrando es que están al lado de los nazis. Quieran o no, es lo que parece. Ayer a mí un antidisturbios, que me produce exactamente el mismo miedo atávico que un nazi, me dijo que estaban allí para impedir que hubiera muertos. Complejo de Batman, pensé yo. A mí no me importa que se maten entre ellos si es lo que les pide el cuerpo. Lo que me importa es que a mí no me afecte.
Así que mi conclusión para el 12 de Octubre de 2012 es que el ayuntamiento de Barcelona busque un enclave aislado, grande y al descubierto, algún solar o descampado y lo ponga a disposición de ultraderechistas y antifascistas. Que queden a una hora y se den unas cuantas palizas. Cuando acabe el asunto, fuegos artificiales. Y al día siguiente, sangrientas y suculentas noticias para la prensa. Al fin y al cabo no es más que otra tradición para idiotas colgados del pasado. Y así "tots contents", la ciudad puede disfrutar de su día festivo sin altercados que afecten a lo personal, la poli puede sacar a paseo sus flamantes uniformes, y las bandas pueden sacar la adrenalina que llevan contenida.
Y para acabar, cambiar la celebración "Día de la Hispanidad", como hicieron los romanos y también los cristianos cuando una religión pasaba de moda y era sustituída por otra, por "Día de descanso laboral y escolar" y entonces sí lo celebraremos. Aquí ya nadie se siente Hispano, estamos todos mezclados, somos Terrícolas.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Kasa okupada, casa enlatada?

Hace mucho tiempo escribí un pequeño poema en la revista VACÍO titulado "Kasa okupada, casa encantada" o algo así, que además salió hasta en un libro sobre la globalización, sin mi conocimiento, por cierto. En aquellos momentos tenía bastante contacto con La casa de la Muntanya, Los Blokes Fantasma y El Palomar, emblemáticos centros okupas de Barcelona. Estoy hablando de mediados de los noventa, cuando la gente empezaba a aceptar la tecnología de la telefonía móvil y el uso doméstico de las computadoras, cuando Internet aún causaba rechazo. Y es que la novedad aterra al terrícola común. 
Fue entonces cuando un puñado de valientes okuparon el Cine Princesa, en pleno centro de la ciudad, con su pronto desalojo. También estaba en danza La Hamsa, en el barrio de Sants. Y algunas otras más, como Kan Titella o Les Naus, en el barrio de Grácia. Era un buen momento para la okupación. Había manifestaciones de apoyo al movimiento bastante multitudinarias y la asistencia a los eventos organizados en los centros sociales era notable. Era la respuesta de la ciudadanía a la especulación de la vivienda. Y también era una buena solución a la escasez de continentes de inquietudes culturales. Se puso de moda. Y así los CSO (Centros Sociales Okupados) empezaron a recibir propuestas que se alejaban de los tópicos punkikumbas catalanoides y exploraban nuevos aires más eclécticos, cercanos en esencia a los que se desarrollan en ciudades europeas en las que la okupación está mejor instalada en la sociedad.
Dos elementos cortaron radicalmente ese flujo que empezaba a fluir y que nunca sabremos cuantas cosas interesantes podría haber aportado al arte y al espectáculo, a la cultura y al entretenimiento. En primer, y destacadísimo lugar, la acción efectiva y despiadada de las autoridades. No queda la menor duda que ese fue el gran cuchillo que cortó la tarta hasta dejarla en migajas. Pero en segundo lugar estaba, y está, ese aburrido tufillo pueblerino, provinciano, anticuado y aguafiestas que desprende lo políticamente correcto y que contagia hasta al más rebelde de los grupúsculos en esta cuadriculada ciudad. Las insoportables asambleas. Las ideas enlatadas de los autocomplacidos estudiantes de la Uni. El interminable Mayo del 68. El miedo a no seguir el ideario imaginario de lo que mola y lo que no. Lo ortodoxo, al fin y al cabo. El terror a romper con el pasado. La falta de imaginación para inventarse un nuevo presente. Etc. 
Cuando estaba ya muy claro que el movimiento okupa iba a ser prácticamente descuartizado, recuerdo haber pensado que no toda la culpa era externa. Recuerdo haber intuído que los indepes de barretina, los anarkomunistas y los estudiantes con Guy Debord bajo el brazo iban a colaborar con ello, sin pretenderlo,  con sus ideas en fila. Y así ha sido.
Las kasas okupas pueden contarse con los dedos de una mano. 
Ningún movimiento estético, cultural, artístico, ha surgido.
Las ideas asamblearias, mayosesentaocheras, indepes, pasadistas y aburridas siguen su libre curso, porque no representan, en realidad, ninguna amenaza para el sistema.
Me aburro.




jueves, 6 de octubre de 2011

Sicko

Ya se nota la escasez en la Seguridad Social.
Vean este documental de Michael Moore para saber lo que se nos viene encima. En poco tiempo, estaremos así. Y la crisis no hará más que agravarse...para los de siempre, me refiero. Porque ahora la gente normal se va a ir de cabeza a la medicina privada, y va a tener menos dinero aún que antes y la bola de nieve se hará más y más grande. Gran idea recortar la sanidad.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Telepatías matinales

Tengo comprobado que la telepatía se da entre seres queridos. Esta mañana me he despertado pensando en la libertad personal, en la que das y en la que recibes, en el respeto mútuo y la consideración. Para mí la elegancia es una cualidad digna de ser desarrollada (sobre todo si no es innata) y esta reside, en mi opinión, en un lugar oculto tras la vestimenta y el gesto, en un lugar interno que se visualiza solamente en los actos. Esta mañana El juglar eléctrico parece haber despertado con la misma inquietud, y según el título de su artículo, Espuma por la boca , con la misma actitud. Lo he leído después de hablar por teléfono con mi amiga Gemma, corista y teclista de mi banda, Qbits, en una conversación personal en la que el tema de la libertad era la máxima. La libertad propia y ajena. He descubierto a lo largo de los años, y después de fuertes decepciones que han ido transformando mi pensamiento, que una no se puede amedrentar ante los actos de libertad ajena si estos pisotean la propia. En tales casos, que por desgracia se dan demasiados, no queda otro remedio que arremangarse la lengua y poner en la balanza de la justicia también la libertad de una misma. Para más inri, mi particular profesor de documentales, el Sr. Groovycosta, me mostró ayer otro grande firmado por el artista callejero Banksy en el que habla de una amistad curiosa y de como el arte se transforma en las manos de quien lo toca para convertirse en algo auténtico, palpable y conmovedor o más bien en objetos desprovistos de amor. Además llevamos dos días en Facebook compartiendo un cartelito con una frase, en inglés y en castellano, que viene a quejarse de que los artistas están hartos de que no se les pague por su trabajo. Yo no lo he compartido porque no estoy segura de que mi misión sea cobrar por expresarme, si no que estoy convencida de que mi misión es solamente expresarme y que lo hago gratis sin ningún pudor. Hay miserables que se aprovechan de los artistas, como también hay artistas miserables. Y todo artista sabe que el hambre física, espiritual, intelectual y emocional es el motor de la creación. Así que es de estúpidos no aceptar nuestra propia condición. Si es que se es artista, claro. Una cosa es el espectáculo, que lleva mucho trabajo y dedicación y por el que se puede cobrar como en cualquier otro oficio, y la otra cosa es el arte. El arte no se cobra, se vive. Y el único pago aceptable se puede ensuciar con dinero, pero se debe hacer factible mediante el respeto y el reconocimiento, que es la única moneda que el alma de un artista anhela cobrarse. De ahí vienen todas las trifulcas sobre artistas que se venden. 
Disfruten del documental de Banksy que cuelgo más abajo, y disfruten de la nueva canción de mis amigos Cyborgs, un tema que se llama El Umbral y que sale de la boca y de la mano de artistas. Y una vez escuchado, déjenme que les transmita que cualquier umbral es traspasable, que el miedo es enemigo de la novedad y que el umbral de mi corazón está siempre abierto a la honradez y al respeto, y que sólo se cierra a cal y canto, escondido tras el metal de un muro que se construye a base de miedos. Miedo a la traición y al usufructo desconsiderado de lo que una da sin medida. Miedo a encontrarme vacía como una copa de vino exuberante que sorbo a sorbo queda digerida y después completamente olvidada. El mismo miedo que sienten los Cyborgs, el mismo miedo que sienten los artistas callejeros del documental, la misma exigencia de respeto que piden los artistas desde el Facebook, el mismo miedo del que le hablé a Gemma esta mañana, todo es el mismo miedo. Miedo a dejar de existir.




martes, 27 de septiembre de 2011

Yo canto al coche eléctrico

El otro día mi amigo Groovycosta me puso un interesantísimo documental sobre el coche eléctrico fabricado por la General Motors, el  EV1, que despareció del mapa junto a otros del mismo estilo. Fueron retirados por diversos motivos, llevados al desgüace, cuando estaban ya en las calles. En el documental quedan claras las prestancias de este automóvil, sobre todo para los que saben conducir (yo no sé) y aprecian esas cosas de conductores que yo nunca he entendido mucho, incluidas las surrealistas cualidades que supuestamente aportan los coches (el tamaño, la marca, el diseño) a nuestras mareadas y siempre vacías identidades personales. Con esto quiero decir que parece que era un buen coche: cómodo, práctico, bonito y de agradable conducción. No era un armatoste a pilas, se podía cargar, como un móvil, en el garage. Era un coche que podía suplir perfectamente a sus hermanos devoradores de gasolina. Pero se esfumaron. No era un prototipo para enseñar en exposiciones o universidades, estaba en las calles y los conducían personas normales, circulaban. El EV1 además fue especialmente bien acogido en California, donde al parecer el nivel de contaminación es asqueroso. Y esta era su máxima cualidad, la que interesa a todo el planeta, al margen de otras consideraciones que deberían ser de segunda, o tercera categoría, a la hora de adquirir un automóvil y, sobre todo, de fabricarlo.
Si algún día aprendo a conducir será para llevar un coche eléctrico. 

Este no es un EV1 pero yo lo conduciría sin dudar. No contamina y es muy bonito, no parece un maletín de ejecutivo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Buenos días, Terrícolas

Me parece interesante el post que Eduard Punset acaba de compartir esta mañana en Twitter, aunque le falta, en mi opinión, aclarar que la Globalización sería más beneficiosa para la sociedad humana si estuviera basada en actos justos en vez de en actos salvajes, inmorales y canallas. Una cosa es que tengamos la oportunidad de llegar a todo el globo y otra muy diferente que se explote a unos, se compre a otros y unos pocos se froten las manos.
También llegan noticias cada día de avances escandalosos en la privatización de sanidad y educación.
Suma y sigue.
Ya no importa como hemos llegado a esta situación, si no como impedir que nos sigan robando derechos y libertades en favor de las empresas que gobiernan el planeta, entre ellas la Iglesia. Ya sea reuniéndose en las plazas, manifestándose, escribiendo artículos, compartiendo notícias, haciendo programas de radio, escribiendo canciones, contándoles la realidad a las personas que no se enteran de nada, votando a partidos pequeños o NO votando en las siguientes elecciones, apoyando acciones similares en el resto del mundo, quitando el dinero del banco, rechazando hipotecas, usando el automóvil sólo cuando sea necesario, consumiendo de manera equilibrada...en fin, haciendo lo que se pueda, empujando, aunque sea sólo un poquito, en una dirección consecuente con el futuro que deseamos para la especie humana y su hogar que es este planeta.

Últimamente nos veo más como consumidores que como votantes. Y un mundo que no esté regido por empresas me parece una utopía que, aunque deseable, es bastante imposible. Se me ocurre, así a la brava, que quizás lo que deberíamos hacer es presionar a las grandes empresas para que se amolden a nuestros gustos en vez de que ellos nos modelen al suyo creándonos necesidades. El cliente siempre tiene la razón y al fin y al cabo esos vampiros se alimentan de nuestra sangre.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Desánimo

Son las 11:14
Me he despertado obtusa, inquieta, de mal humor, angustiada.
Me he metido en Facebook, Gmail y Twitter.
Y aún ha sido peor.
Tengo ganas de dejar el trabajo, de dejarlo todo.
¿Serán las Chaimtrails?, ¿O más bien las noticias de un mundo que se vende al mejor postor?...estamos en manos de personas que prostituyen el planeta y sus habitantes, sin ningún reparo ni remordimiento de conciencia. Y eso desanima bastante.
Es un consuelo saber que somos muchos los seres humanos que estamos hartos de tanta delincuencia, del morro con el que se pisotean los derechos y las libertades. Y si me levanto optimista hasta puedo pensar que juntos podemos conseguir algún cambio. Pero mi exigente cabecita me dice que ni siquiera eso es suficiente. Impedir una reforma constitucional ilegal es ahora mismo de máxima prioridad. Pero siguen siendo parches y más parches. Creo que necesitamos algo mucho más radical. No hace falta verter sangre. Si no, o así lo veo yo esta mañana, DESERTAR en masa.

Que la cuidadanía proteste y se mueva es inevitable, y necesario. Pero, ¿de qué sirve si seguimos siendo clientes obedientes, consumidores de petróleo, de fútbol, de democracia enlatada, de música pirata (la de la SGAE, digo), de magacines de prensa rosa fúrcia, de las banderas que separan la Tierra en pedacitos?

Aaaaay...si la mañana es así, ¿qué día me espera?

Menos mal que esta noche hay ensayo de Qbits y la música es lo más parecido a un cohete espacial.

viernes, 19 de agosto de 2011

El fútbol, el Papa y tú

El mismo día y a la misma hora:

- El Real Madrid pierde un partido y se lo toma fatal, como críos en el patio de un colegio.

- La ciudad de Madrid, invadida por seguidores del líder espiritual cristiano, se lanza a la calle en protesta por la visita del Papa, en contra de los gastos, sufragados con los impuestos a la ciudadanía, que genera y por el trato de preferencia que reciben estos turistas religiosos, que acampan y toman las plazas a su anchas, curiosa y desgraciada coincidencia. La manifestación pacífica de los ciudadanos de Madrid acaba a óstias, de las no consagradas. Se demuestra una vez más de lado de quién están nuestros gobiernos.

- Se monta un pitote mediático porque un entrenador imbécil le ha metido el dedo a un pijito del otro equipo. Yo lo vi en directo y me reí mucho. Pero ya no me hace tanta gracia que la noticia del día sea esa estupidez, y no la ya escandalosa, patente, realidad del cabreo monumental de la ciudadanía, que empieza por fin a atar cabos y a exigir lo que le pertenece.


La religión, las creencias en las divinidades, la agrupación de personas que comparten afinidades espirituales, no debe JAMÁS beber de la fuente común. Sanidad, educación, vivienda, transporte, alimento y trabajo para todo ser humano. Y luego que cada terrícola se monte la fiesta con quien quiera.

Es de lógica aplastante. Cualquiera que no tenga un interés directo en ello puede llegar a esa fácil conclusión. Los del cerebro abducido, no hay que preocuparse, son personas que fácilmente sustituyen una fe por otra sin mucho trauma. Y si son de buen corazón, enseguida se darán cuenta de que:

Hay que echar a esa panda de corruptos, buitres, vampiros y ladrones.
TIERRA SERÁ LIBRE






 







viernes, 5 de agosto de 2011

Parole, parole, parole...

Sigo con atención las ideas y debates que brotan en la Red en referencia a las próximas elecciones en el punto del planeta donde yo resido. El movimiento 15M sigue adelante, diversificado, pero no más débil. Muchos zombis han despertado por fin de su larga siesta y la gente está uniendo fuerzas y compartiendo conocimientos, buscando la manera de combatir a La Bestia y sus tentáculos. Tarea difícil pero necesaria, si es que el futuro del planeta y de sus habitantes nos importan algo. De momento, yo todavía no he tomado una decisión sobre cómo posicionarme particularmente. Estoy observando y pensando, porque presiento que muchas de mis más sólidas convicciones pueden mutar. Nunca he tenido miedo a cambiar de opinión, si la que sustituye a la anterior es más lógica, práctica y justa. 
A mí me gustan mucho las palabras. Soy adicta a cualquier tipo de autodefinido o juegos de letras, desde pequeña. No puedo evitar fijarme en ellas. Creo que con este nuevo debate abierto desde y hacia la población, tenemos la oportunidad de generar un lenguaje que haga historia. Una oportunidad, y una responsabilidad. Las palabras son ideas. 

Últimamente suena mucho el término: Altermundismo...déjenme decirles que me parece una palabra de una sonoridad muy fea, que recuerda a Tercermundismo. Y además esto no es un mundo exactamente, es un Planeta. ¿Por qué tendrá la gente tanta reticencia a reconocerse como terrícolas de la especie humana? Lo que se está intentando proponer no es algo que afecte a un mundo, si no al Planeta Tierra, que engloba muchos mundos y mundillos con variadas características. Por lo tanto si lo que se está buscando es un término que indique que la estructura de la gestión Planeta debe  ser replanteada y sustituída por otra mejor, el término adecuado debería alejarse de "lo alternativo". Porque lo que estamos barruntando no es una alternativa paralela, si no una sustitución, un cambio general de orientación, una nueva perspectiva, un nuevo paradigma. Así que debería contener la partícula "Neo" en vez de "Alter" y dejarse de ismos, que de poco han servido, aunque sería divertido usar TERRARISMO. En fin, no soy muy partidaria de bautizar tan alegremente, porque me da la sensación que las palabras convierten a las ideas en estáticas, pero como me pirro por juntar letras, propongo sencillamente Vía Planetaria. Por ejemplo. 

Otra palabrita de la que ya me he quejado, y cuya idea, además, tampoco es que me mate, es Asamblea. Creo que Foro o, mejor aún, Ágora, son palabras más elegantes para definir las reuniones de la ciudadanía en las plazas de los barrios y pueblos. Demasiado localista para mi refinado gusto, prefiero pensar en cómo hacer que las gestiones básicas de la sociedad humana no estén en manos de ningún congénere si no de una máquina, que es más efectiva. Ordenadores al poder. Y esto se llamaría Mecafuturismo, Compugestión o Carta de Derechos Humanos, Gestión económica y cuidado del Planeta en manos de ordenadores como Mike (La Luna es una cruel amante, Heinlein) o el Multivac de Asimov. 

Y definitivamente sacar del vocabulario común la palabra Pueblo para definir a los seres humanos. Somos TERRÍCOLAS. Nos guste o no.

Es difícil que me reúna con el Pueblo en la Asamblea de la Plaza para hablar de Altermundismo.

Yo me reuniré con Terrícolas siempre que haga falta, para hablar de como construir un nuevo futuro que asegure la justícia, la abundancia para todos, y el cuidado del planeta, así como la posibilidad de expandirnos antes de que petemos.





 


martes, 26 de julio de 2011

De votantes a clientes

(Viene del artículo anterior, Idiocracia)

Las multinacionales son más poderosas e influyentes, decía, que las religiones, las iglesias, los partidos políticos, los gobiernos, los estados, los ejércitos, las monarquías, etc (menos los bancos)...Y es por eso que asistimos al espectáculo de las privatizaciones surrealistas, de las explotaciones irresponsables de los recursos de la Tierra y de la esclavitud laboral. La política ha perdido gran parte de su poder y ahora sus decisiones ya no parten de sus votantes, de la población humana de la que son representantes, si no de los pactos con las grandes empresas. En principio, si no cambian las cosas (hay que seguir presionando) el voto ya es inútil contra esa situación. Pueden imponer normas de una u otra cuerda que favorezcan más o menos a la cultura y a la sociedad (leyes sobre divorcios, casamientos y bautizos), pero lo que es la gestión puramente económica dependerá de las negociaciones con empresas privadas.Con lo que el Bien Público irá, por desgracia, perdiendo casillas en el Monopoly y lo que es de todos ya no será más que de unos pocos. Y entonces necesidades básicas de la humanidad como la salud, el alimento, la energía, los transportes, el conocimiento y la vivienda pasarán totalmente a manos particulares. Estamos en ello.
Así que debemos darnos cuenta de que hace tiempo que hemos dejado de ser votantes en cuanto a que nuestro voto podía cambiar alguna cosa, a ser meros clientes. Clientes que no están usando su poder.

Idiocracia

Nos llegan tantos mensajes desde la publicidad y los medios que es muy difícil a veces distinguir entre lo que uno realmente quiere, desea o piensa y lo que le ha sido inducido por la sociedad (las creencias populares, la tendencia de moda, los valores transmitidos por la família, la influencia del entorno, etc) y por los instrumentos del poder económico y político. 
Pero viendo reportajes y documentales, como The Corporation o los de Michael Moore o los Zeilgeist (todos interesantísimos) queda meridianamente claro, si es que no lo estaba ya, la adicción de las empresas a vender. Especulan, hacen juegos malabares con el dinero, pactan con las fuerzas políticas, policiales y con la prensa, y explotan a sus congéneres y al planeta., etc. Pero sobre todo y ante todo lo que NECESITAN es vender. Las multinacionales, cuyo poder es inmenso, tienen más poder que la religión, que la política, busca la manera de obtener al mínimo precio un producto que luego multiplica beneficios en el mercado. Y para que nosotros tengamos unas ganas irresistibles de comprar ese producto, se las figuran de varias maneras. Se infiltran en todas las áreas posibles de nuestras vidas para conseguir su propósito. Oímos y vemos las bondades de las marcas en cualquier sitio: la calle, el metro, la radio, la red, un ascensor...y se preocupan de que sus marcas sean visibles y llamativas y las ponen en sus productos (de manera que alguien puede estar pagando una considerable suma de dinero por hacer publicidad de una marca, que es una de las mayores estupideces que veo a diario, por cierto). Nos inundan de tal manera con sus mensajes que incluso llegan a influir en las vidas de las personas y a mantener una extraña simbiosis con ellas. Tal empresa de automóviles vende modelos de coche a través de la idea de que, si tú tienes uno, es porque eres un padre de família autónomo, con un perro, que veranea en la montaña. Al final no se sabe si tú compraste el coche porque eres así, o si tú eres así porque la publicidad te ha transmitido que es eso lo que debes hacer: formar una familia, currar, tener un perro, veranear en la montaña y tener ese coche. Un lío. Pero una cosa está clara: lo de la publicidad es una invasión, es demasiado, es una constante tormenta de estimulos visuales abusiva.
Pienso que estamos de camino de la estética, y otras cosas, de la película Idiocracia, que vale la pena ver por lo que augura, que está ya muy muy cerca y a lo que no deberíamos llegar nunca.

No veo ninguna ventaja en estar sometidos a esa tortura.

Pero sí veo una oportunidad en ser sus máximos objetivos.

El cliente siempre tiene la razón.




viernes, 8 de julio de 2011

Dos curiosidades conspiranoicas

-Gallud Jardiel, Enrique; "ENRIQUE JARDIEL PONCELA, la ajetreada vida de un maestro del humor"; Ed. Espasa (2001); Colección Biografías, pág. 120:

"Y he aquí un episodio totalmente desconocido, porque el temor le impidió siempre mencionarlo por escrito o hacer la más mínima alusión a amigos o conocidos.  Según contó en la intimidad, parece ser que un día fue a verle un hombre -de origen hebreo- que le invitó a formar parte de una "organización" a la que representaba. Le hizo una oferta económica fabulosa, desmedurada, increíble. Esos señores "reclutaban" intelectuales de todos los países -especialmente de ascendencia judía o simpatizantes- y aunaban sus capcidades para lo que pudiera definirse , por exagerado y tópico que ello parezca, como "el dominio del mundo". Constituían una asociación que - como en una película de James Bond - poseía en secreto las mayores empresas del planeta, controlaba gobiernos y marcaba las pautas del desarrollo ideológico de muchas naciones. Los miembros que la integraban eran personalidades de gran influencia en sus respectivos países y todos laboraban por una causa común: el control de los centros neurálgicos de la sociedad mundial. Tenían su sede en un recóndito castillo de Escocia, en donde se reunían periódicamente para tratar la consecución de sus fines. Jardiel contestó con evasivas a la propuesta que le hizo aquel caballero, que le indicó cómo podía ponerse en contacto con ellos si cambiaba de opinión. Y también -como en las películas- le amenazó con fatales consecuencias si revelaba algo de todo aquello. Nadie está obligado a creerse esta historia. El escepticismo es libre"


miércoles, 6 de julio de 2011

Más Música

¿Para qué necesitamos una SGAE? Los editores no sé, pero los autores pueden, mejor dicho PODEMOS, organizarnos de otra manera. Ya lo estamos haciendo desde hace tiempo. Pero la SGAE, ajena a la realidad e inmersa en su maquinita de hacer dinero, se ha montado el negocio sobre nuestra chepa. Tengo muchos amigos que no son autores más que de sus propias vidas, que ya es mucho, que no entienden demasiado como funciona el proceso creativo ni el proceso de sacar la obra al exterior. Creen que los que están en la cima, los que ganan pasta y son famosos, son simplemente los mejores. Y yo disiento, porque eso es cuestión de gustos y de cultura general. Basta con leer un poco de novela y un poco de poesía para darse cuenta de que Sabina no es ni mucho menos un poeta, y que además lo que cuenta tiene escaso interés,  por poner un ejemplo de mi propia cosecha de antimitos.  Y para mí son mucho más gratificantes las letras de mis amigas la atrevida, punzante y divertida Silvia Escario (Último Resorte, Berlín 80, Algo Tóxico) y  la poeta de la pureza oscura, Tina Gil. O los futuristas eslóganes de Dani "Hipercarga". O las profundas revelaciones atemporales de Ángel (GRB, El sueño eterno, Cyborgs). Y todo esto lo digo gratis. Y los pincho cuando pongo música sin que ellos me cobren absolutamente nada, ni me paguen tampoco. Y si cobro alguna cosa, por ejemplo un tanto porciento de las consumiciones de la barra, no vienen Silvia, Tina, Dani y Ángel a pedirme una parte. Si no que el Bar en el que estoy pinchando se la da a la SGAE, por obligación, que luego ese dinero se lo regala a otros. Porque los músicos famosos, los que la gente reconoce por la calle, los que tienen casa con piscina y una vida más o menos de rockstar, de los que la gente se sabe las canciones y los piden en las bodas, no viven solamente de vender discos y hacer conciertos, si no que se llevan pasta porque sus canciones suenen en un bar, en la radio, en un cedé que te has grabado de un amigo, en una peluquería (o eso pretendían, no sé si lo consigueron al final, y tampoco sé qué pasa con los taxistas, me extraña que no les cobren a ellos también), en una discoteca, en la comunión de tu primito del pueblo, en fin, cada vez que uno de sus temas suena en cualquier sitio (una vez vinieron a Contrabanda FM a reclamar su parte y fue una risa para todos. Las radios libres aún mantenemos nuestra libertad)Y como estos artistas famosos y sus representantes, como los dueños de sus carreras y los clientes a los que sirven,  no tienen manera de calcular cuantas veces pueden sonar, lo hacen a través de dos procedimientos:
1. Asegurarse de que suenen en TODAS partes
2. Cobrarlo TODO, por si acaso

Para mí es rastrero pedirle a la Sociedad General de Autores y Editores, que es una mafia cosida a otras, que se limpien la cara y sean más transparentes, porque es rastrero financiar la carrera de un artista con el robo. Un artista de la letra y las notas (escritor, poeta, letrista, compositor, guionista, dramaturgo y no miento a los intérpretes a propósito, por muy maravillosos que sean interpretando lo que se ha creado) se gana el favor del público con su talento, no lo compra. Y menos aún, lo roba a sus propios compañeros.
Soy más de la opinión de pasar olímpicamente de la SGAE, que se organicen si quieren los famosos por su cuenta, y que nos dejen en paz a los demás. Es decir, que se permita, facilite, respete y se deje de obstruir el funcionamiento de emisoras de radio y televisión independientes, que dejen en paz a los bares que ya se entenderán con los músicos y deejays, que simplemente no metan las zarpas en todo lo que puedan, y que nos dejen en paz a los que no queremos hacerlo a su manera. Que dejen en paz al público, que nos dejen elegir.Y a ver quién gana.
Para protegernos de posibles copiones, que da mucha rabia, podemos registrar las obras en internet mismo y sin pagar, podemos compartirlas si queremos, regalarlas o venderlas sin que nos controle nadie con la intención de llevarse tajada. Lo ideal es que las empresas relacionadas con la Indústria discográfica y cinematográfica y el gobierno de turno no sean sindergüenzas, y permitan que esto suceda desbloqueando los canales de información.

lunes, 4 de julio de 2011

SGAE and Co

Vaya chocho que se está montando con lo de la SGAE. Y aún me parece poco teniendo en cuenta el daño irreparable que esta mafia ha hecho a la música. Y a la cultura en general. Teddy Bautista, que hizo de Judas en la versión en castellano de Jesuscristo Superstar,parece haber cumplido un extraño destino traicionando a su propio gremio. Lo más indecente son las posturas de tipos como Alejandro Sanz, desde su casita en Miami, o Calamaro, con el que comparto tendencia a la incontinencia verbal,  que lo defienden con frases histéricas demostrando su poca inteligencia y su escaso interés por la música, además de la total falta de compañerismo. Ramoncín, de momento, parece que está calladito. Entre lo de la Ley Sinde, lo de Álex de la Iglesia, los siempre interesantes mensajes de Anonimous, las repercusiones del 15M y la investigación que ha caído sobre la SGAE, algo se está moviendo, por fin, en el mundo de la creatividad audiovisual. Hay una guerra subterfugia desde hace mucho tiempo, de la que los consumidores no tienen ni papa a pesar de habéreseles faltado al respeto con un Cánon absurdo y a pesar de que se les mete por un tubo bazofia musical a través de la tele, la radio y las revistas que programan a base de talonario. Las discográficas quieren un producto que funcione económicamente pero ya no lo buscan entre los talentos terrícolas si no que lo crean directamente ellos. Cogen a una tipa feúcha, contratan a un estilista que intenta hacerle destacar por encima de las otras vistiéndola como a un monstruo, le producen unas canciones de mierda, la sacan con bailarines al escenario, compran portadas de las revistas, pagan a las emisoras de radio comerciales para que sus canciones suenen constantemente, avisan a la prensa rosa de que tiene un nuevo novio, sudan de la tele porque ya no hay programas de música, le crean un personaje que todo el mundo se traga y ala, por un verano o dos, ya han hecho negocio. El producto ya rueda solo. Ahora las revistas la quieren entrevistar gratis, y los paparazzis la siguen. Y esto no tiene nada que ver con la música. Es un negocio, nada más. Como todo. Con la aparición de Internet ese negocio que tan bien ha venido funcionando hasta hoy, se tambalea. Y no sólo porque cualquiera puede bajarse más o menos gratis el último éxito que tanto esfuerzo ha costado construir, si no porque ahora los consumidores, si no tuvieran el gusto ya tan amaestrado, pueden descubrir nuevos grupos que no están controlados por multinacionales, que no suenan en las radios comerciales, pueden tener acceso libre a la música que crean sus congéneres. Y pueden darse cuenta, porque la información abre la mente, de la basura que les están vendiendo y elegir quedársela o no. La libertad da miedo no porque signifique revolución ni nada parecido, si no porque hace perder DINERO.
Que desmonten el tinglado de Bautista y compañía, viejos dinosaurios de la indústria, es una buena noticia para la música. No es lógico que una empresa privada tenga el control absoluto sobre los derechos de autor. E incluso lo de los derechos de autor es totalmente discutible. Y menos si esa única empresa, ya que no dejan más alternativas (y a pesar de esa presión, existen otras maneras de registrar las obras, por ejemplo a través del Copy Left), en ningún momento mira por el interés de los creadores ni fomenta la cultura musical,  si no que se dedixca a amasar dinero para unos pocos. Pero lo de la SGAE es solamente la puntita de un alfiler que está clavado muy profundo. Poco a poco nos lo sacaremos, lameremos la sangre y volveremos a empezar, porque la música es uno de los dones más valiosos del ser humano y nada puede silenciarla.


lunes, 20 de junio de 2011

PUBLICIDAD Y COCHES

Muchos publicistas se están aprovechando, o eso intentan, del espíritu inconformista de estos días. Me río mucho con ellos. Me imagino al pijol'haba de turno vendiendo el eslógan a la empresa. Igual creen que usando frases "guays" van a vender más coches contaminantes. Deberían estar "canalizando sus energías" (la frase favorita de comentaristas y opinadores respecto al movimiento ciudadano) e invirtiendo el dinero en la fabricación de coches eléctricos y asequibles. Ayer mi amigo Groovycosta me regaló una bonita imagen: en las grandes ciudades, coches eléctricos disponibles a modo de Bicing. El petróleo está démodé.
Las grandes empresas deberían dedicarse a crear productos duraderos y beneficiosos para la humanidad, en vez de sangrar al prójimo. Deberían desarrollar un sistema de producción sano en todos los sentidos.

jueves, 16 de junio de 2011

Más reflexiones: TV

Mucho más interesante y decisivo que el fútbol, es el debate en la calle sobre el efecto de las manifestaciones espontáneas de la ciudadanía este último mes en Barcelona. Cualquiera: el borrachín del bar de la esquina, el guiri residente, la estudiante universitaria con coche y tarjeta de crédito, el ama de casa atareada, el okupa con rastas, la activista radical, el quiosquero taciturno, la farmacéutica atenta, la dependienta aburrida, las barrenderas cachondas, el músico importante, el personal cabreado de enfermería, la teleoperadora borde, el currante entre semana cocainómano el finde, el quemado personal de magisterio, el taxista bocazas, la peluquera fashion, el chaval inmigrante, los adolescentes súperhormonados, el listillo que leyó una vez a Debord y a Nietzsche, el jardinero indepe, el camello del barrio, el antisistema que vive en casa de sus padres, la progresía de andar por casa, los millones de parados, la pijita pizpireta, la feminista creyente, el tímido hacker, la demócrata convencida, el histérico forofo del Barsa, las chicas que buscan novio, el fan de Lady Caca, el tipo raro del herbolario, los enfermos de Urgencias, el camarero cachas, los currantes de las fábricas, el artista vanguardista y el friki de los O.V.N.I.S, si se me permite tal escalerilla de tópicos, cualquiera, digo, ESTÁ OPINANDO POR DOQUIER, COMPARTIENDO SUS IDEAS CON QUIEN TENGA A MANO, VOMITANDO SUS ANGUSTIAS EN LA RED, MOVIENDO SU CUERPO HACIA LAS MANIFESTACIONES Y ESTRUJÁNDOSE LA SESERA PARA COMPRENDER, ASIMILAR Y VISLUMBRAR. Con estos gestos cada uno está despojándose de su supuesto estatus social y su fluctuante identidad para unirse a un común mayor que sí mismo. 
Los únicos grupos de personas que no están haciendo el esfuerzo de comprender, asimilar y vislumbrar, haciendo caso omiso a la llamada de la evolución (es una broooma) son políticos, periodistas, empresarios y, detrás de ellos, la policía. La gente dedicada, que cobra un sueldo y todo, a la gestión política de la población, encerrada en su burbuja de lameculos, untadores y chanchulleros, y en el mejor de los casos, atado sentimentalmente a un pasado que empieza a ser un lastre, se cierra en banda a las demandas de la ciudadanía. El mejor ejemplo lo tenemos en los recientes acontecimientos en el Parlament de Catalunya, en Barcelona. La respuesta a la exigencia de la población sobre la transparencia de las cuentas públicas y la devolución inmediata de la dignidad a la sanidad y a la educación, entre otras cosas, es lanzar a la policía para proteger sus culos de la masa que les paga a todos el sueldo que cobran y hacer después un alegato ridículo y ofensivo, que de paso despiesta del tema de los recortes, amparándose en el victimismo para justificar un comportamiento violento (en cuanto a que directamente VIOLA derechos básicos del ser humano) e indigno como la genial idea de sacar dinero de la educación y la sanidad, algo inadmisible en una sociedad moderna y consciente de sí misma. Todo suena bastante vergonzoso y podríamos interpretarlo como una pataleta infantil de adultos que intentan mantener a toda costa su estátus en vez de ejercer su posición de responsabilidad con la que se comprometieron a atender las demandas de la ciudadanía. También de los que no votamos. Porque una cosa es que yo no me sienta representada por ningún partido y la otra que no tenga derecho a opinar sobre, por ejemplo, un sistema de atención sanitaria que contribuyo a pagar con parte de mi sueldo y al que debo tener acceso como ser humano.
En una burbuja parecida flota el periodismo oficial, que lleva años chapoteando desde la aparición de Internet, a través de la cual personas sin preparación universitaria son capaces de expresarse mejor y con más originalidad que cualquier firmanotasdeprensa de un periódico. Y es que la comunicación está en la cresta de la ola, es el campo de batalla, es la máxima representación de la mutación mental de la que todos estamos siendo partícipes. Cada vez se hace más evidente, palpable, patente, que la prensa escrita, la radio y la televisión comerciales están al servicio de poderes económicos y políticos que nada tienen que ver con el entretenimiento y la información veraz. Y me refiero a las líneas editoriales que vienen marcadas, a los que cortan el bacalao, y no al reportero que cubre los eventos concretos, o al humorista, o a los actores y actrices de las series, a los que invito a invertir su tiempo y energía en proyectos más interesantes, a abandonar sus puestos si es que aman su profesión, a participar en los medios de comunicación ciudadanos (radios libres, televisiones alegales y blogs en la red) para permitirse el lujo de ejercer su profesión con libertad. Porque, ¿para qué demonios queremos o necesitamos una televisión pública? El dineral que cuesta tal vez estaría mejor invertido en transporte gratuíto, mejoras en la sanidad o la construcción de estructuras generadoras de energías renovables, eternas y a la larga gratuítas. Pero, claro, es muchísimo más productivo para unos pocos tener a la gente abducida por la tele: contagiando sentimientos absurdos de nacionalismos postizos mediante la exaltación del fútbol, seleccionando la información emitida según la conveniencia del partido que toque o la empresa que pague, vendiéndonos productos que no necesitamos, y, en general, manteniendo la idiotez detrás de la línea roja, esa que nos separa a nosotros, la masa consumista, de ellos, los señores y señoras con nombre y apellido, estrellas POP de la política, esos que se creen intocables.

¿Dónde está la sabiduría activa?

Los días pasan y la situación se complica, se vuelve densa y aparece en toda su diversidad, en cada nodo se enciende una bombilla, toda persona con un mínimo interés por lo que ocurre a su alrededor se da cuenta de la dificultad que el entramado representa. ¿Cómo un ser humano del montón, con un trabajo precario, si lo tiene, una vivienda que se lleva más de la mitad de su salario y unos conocimientos básicos, puede imaginar una respuesta inteligente y práctica a los abusos de poder que se están sucediendo?...¿y por qué desde la prensa y el poder político, sorprendidos ante la repentina expresión popular, se nos devuelve la pelota recriminando a la ciudadanía mosqueada la falta de propuestas y la, supuesta,  errónea canalización de la energía de un movimiento ciudadano al que necesitan imperiosamente bautizar? Está claro que como mínimo nos están tomando el pelo, o eso intuyo yo.
Escribo desde Barcelona, donde la calle emite día y noche un zumbido formado por muchas voces. Cada persona se esfuerza en entender qué es lo que está pasando y en definir una postura propia. Personalmente, estoy maravillada con ese heroico intento de sobrepasar las propias limitaciones para encontrar alguna solución, mientras economistas, filósofos, políticos, ideólogos, intelectuales, escritores, científicos, salvo alguna honrosa excepción, parecen ni siquiera existir. El humano de a pie, el currante, el que gana 1000 euritos al mes, si los gana, el que paga impuestos que le arrasan el sueldo, el que se queda de vacaciones en la urbe, en cambio, está utilizando su mente para dar con alguna respuesta a un sistema que sólo funciona para las minorías de la élite económica, porque le preocupa la vivienda y el trabajo, pero también la sanidad pública, los medios de comunicación y transporte, las energías, la estructura económica del planeta, la educación de los cachorros humanos, la repartición de la riqueza en el mundo y la organización general de la sociedad. Pensando en sí mismo y en el bien común, mientras unos pocos, con más medios, más preparación y más herramientas de incidencia, parece que en vez de la sesera se estén rascando otras partes del cuerpo ¿No hay aquí una ecuación que no furula?

miércoles, 1 de junio de 2011

Estética antisistema

Me quejé del sistema asambleario y de toda esa parafernalia setentera que encontramos en la Plaza Catalunya porque es la que está de moda en casi todos los lugares más o menos alternativos a los que mi inquietud me ha llevado. Sin encontrar, por cierto, a penas nada novedoso que llevarme al cuerpo, aunque sí a gentes trabajadoras y bastante creativas. Lo cual no me ha impedido seguir colaborando con esas causas cuando me apetece, y continuar en otra parte, más individualista, con mi personal búsqueda de la clave del futuro de la raza humana.
Ser crítica con los movimientos politicoculturales urbanos de distintos calibres no quiere decir que no valore algunas de sus ideas y aportaciones, ni muchísimo menos. Aunque preferiría, claro está, menos nacionalismos y menos pasadismos y más apuestas nuevas de cara al mañana. Pero es ya una vieja discusión entre nosotros.

Creo que es muy interesante que la gente "normal": pijos, modernillos, pseudoprogrespijos, estudiantes, famílias, jubilados, quieroynopuedo, adolescentes y en fin, todo el mundo (excepto los niños, que ya tendrán tiempo de pensar por sí mismos y no sé qué pintan con un micro en la mano como si fueran marionetas de sus padres) se acerque a esta otra manera de organizarse. Algunas cosas pueden ser muy útiles para entenderse con el vecindario o en pequeños grupos, y sobre todo este encuentro ha fomentado el debate y la reflexión, siempre y para todo, recursos muy prácticos.

Yo prefiero, estéticamente, muchísimo antes a un Punk que a un Kumba, a un Cyborg que a un progre, pero no sólo va de vestimenta ya que esta es solamente un lenguaje no verbal que nos ayuda a definirnos frente a los demás, si no por lo que, en apariencia por lo menos, implica de actitud.  Para esa gente recién llegada que se sorprende de encontrarse a tantas pintas unidas, que nunca habían visto antes porque nunca habían ido a un Centro Social Okupado, por ejemplo, deciros que punks, kumbas, progres, hippys, etc, llevan años, cada uno a su manera, generaciones, poniendo en duda este sistema económico y político que tanto te estremece a tí ahora.

sábado, 28 de mayo de 2011

Breves

Ayer, brutal  intento de desalojo de la Plaza Catalunya con la excusa del fútbol. Un gran cartel, enorme, con los caretos de algunos de los jugadores del FB Barcelona presidía la plaza, porque el fútbol UNE. Una masa de gente de todas las edades, gustos, ideologías y tamaños de cuenta corriente, se siente, cuando toca, unida por un sentimiento común: la idiotez.
Vistamos, pues, el uniforme del equipo de nuestra ciudad y alcemos las banderas. Detrás de sus colores: dinero, dinero y más dinero. Aplausos para el sistema. Vítores y reconocimiento. Desde luego, lo merecen, es uno de los artilúgios para tener a la masa domesticada más útiles que jamás hayan existido.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Barcelona Waiting Point

Estos días Barcelona está moviéndose. Es muy interesante el debate que se ha generado, y es muy estimulante escuchar las ideas y pensamientos de los demás, y compartir sensaciones. Así es como mantengo la esperanza viva, como una brasa candente que algún día, si no se apaga, devendrá una llama.
Los bandidos que usan la democracia como excusa para saquear ya no están ocultos. Sus miserias, manipulaciones y abusos de poder están a la vista. Tarde o temprano el sentido común los desterrará.
Las setas pensantes siguen abonando su culo con tierra de asfalto, cultivando pepinos en el suelo común, escuchando sin perder coma el onanismo verbal de algunos profes de la Uni, mostrando en público lo que antes sucedía en el underground, las profundas diferencias que hay entre el activismo tópico y el utópico, revelando las subtramas de la oposición al poder. Tarde o temprano el sentido común asentará las bases de una alternativa real que mire al futuro.
Es cuestión de seguir andando sin perder un minuto más y esperar que el tiempo haga su obra.

domingo, 22 de mayo de 2011

Busco en la basura algo nuevo

Internet es una herramienta aún más potente de lo que imaginaba. La Red es un lugar fantástico para el debate y el intercambio de ideas, y perfectamente compatible con el debate en las calles. Estoy orgullosa y contenta de la capacidad humana de comunicación. Somos un animal sorprendente.
Me he quejado como una posesa y claro, ahora me piden que dé soluciones. Pobre de mí, como si no me costara bastante esfuerzo mantener los ojos abiertos. Y sin estudios, sin tele, ¿yo que voy a poder aportar?...pero como tengo una lengua hiperactiva y una imaginación demasiado pizpireta, me he puesto manos a la obra, a ver qué encuentro. Voy a dar palos de ciega, voy a escupir todas las tonterías que se me pasen por la cabeza, a ver si por intuición y ciencia infusa le doy a la piñata. Ya digo de antemano que no me veo capaz intelectualmente de aportar nada realmente efectivo y lo que me gustaría es que me mandárais aquí en los comentarios, en el facebú o en el twitter las frases, las ideas, más interesantes que hayáis oído estos días, en la Red, en las plazas, en las charlas en vuestros círculos, a ver si logramos así definir alguna forma concreta. 
A mí solamente se me ha ocurrido que el impacto más inmediato ha sido el uso de Internet. La herramienta se ha desplegado y nos ofrece recursos muy interesantes. Internet debería ser gratuíto y estar instalado en todos los hogares. No sé, antes retransmitían los debates en el Parlamento por la tele, ¿por qué no dejar de poner todo el peso en el voto y hacer más partícipe a la ciudadanía de las decisiones sobre temas que nos afectan?...la Sanidad pública jamás se hubiera visto maltratada si nos hubieran pedido opinión. Observo que la mayoría está a favor de la democracia, pues si es ese el sistema que os mola, EXIGID MÁS PARTICIPACIÓN. Creo que la transformación hacia un sistema más justo podría pasar por una ampliación hacia la ciudadanía, y si somos responsables y mantenemos siempre la idea del bien común por encima del personal igual funciona. Suena utópico, ¿eh? Puede que la utopía no sea una organización efectiva, si no la confianza en que el ser humano, que cada individuo sea capaz de pensar, y sentir, más allá de su ombligo.
Vamos, explicadme vuestras propuestas, aunque suenen extrañas, locas, suicidas, ingenuas, maquiavélicas, frikis, a ver si encontramos un hilo.
Gracias :)






sábado, 21 de mayo de 2011

Revolución en el retrovisor

Ayer me personé en la Plaza Catalunya. No lo hice por solidaridad, si no por curiosidad. No es que no esté de acuerdo en juntar fuerzas para aplacar la avaricia de los poderosos, lo estoy totalmente y me ilusiona que por fin la ciudadanía despierte. Pero cuando se lleva tanto tiempo boqueando aquí y allá, una ya no siente la necesidad de gritar en grupo porque ya ha aprendido a hacerlo sola. Seducida, sin embargo, por el enorme eco de la acampada en la Red, cosa que he ayudado a promover en mi modesta medida, bajé el glamuroso Passeig de Gràcia a pie y me asomé a Catalunya con la esperanza de encontrar algo excitante.
La Plaza estaba abarrotá. Pero enseguida tuve una sensación de deja-vu, unida al desagradable nerviosismo que me ataca cuando me encuentro en medio de cualquier aglomeración de humanos, no puedo soportar las multitudes. La Plaza estaba a rebosar de personas de todas las edades, tipologías y guardarropas, aunque la tendencia estética mayoritaria, tengo que decirlo, estaba más cerca de trentañeros de ambos sexos de raza blanca con vestuario más o menos pijikumba. La decoración manufacturada tenía su gracia, más que nada por la aparición de pancartas ci-fi, desde una de corte místico que abogaba por la Nación Humana hasta otras que proponían Resetear el Sistema, que tanto gustaron a mi amigo Ángel. Y la mejor noticia fue la ausencia total de camisetas y banderas impresas con el careto del manoseado Ernesto Che Guevara o con los logos de las tendencias políticas habituales en los follones callejeros, las de sindicatos, etc. Felicitaciones a los grupos independentistas que, con elegancia, supieron ceder protagonismo, algo realmente extraordinario, al sentir general de protesta por encima de sus intereses. Y esa es toda la novedad que presencié.
A partir de ahí, todo muy retro y setentero, y con orgullo, oiga. En los actos del día, a los que no asistí porque estaba currando, los mismos tipos que suelen hablar en las manis y encuentros "alternativos", personajes a los que, además, ya entrevisté en mis tiempos de radio libre y cuyo discurso, que es muy interesante, no me entiendan mal, está carente de entusiasmo terrícola y futurista, que es lo que yo busco. Los profes de universidad me la rempaminflan bastante. Lo cual no quiere decir que no tengan algo majo que aportar, como cualquier ser humano que haya dedicado parte de su tiempo a reflexionar sobre la estructura de la sociedad. Pero, no sé, todo muy Mayo del 68, muy pasadista. Sigamos.
Las dos únicas anécdotas a remarcar, por lo menos antes de que decidiera coger el portante hacia mi casa:
- La Plaza Catalunya es una zona enorme flanqueada por edificios altos e imperiales coronados por grandes letreros brillantes de marcas registradas: El Corte Inglés, Fnac, BBVA, La Caixa...Uno de esos edificios, vacío y recientemente okupado ahora no recuerdo por qué causa y luego desalojado por las fuerzas policiales, está actualmente tapado por una gran valla publicitaria de una marca de coche, un anuncio que protagoniza un tierno bebé de gorila, creo. Me pareció graciosa la metáfora, toda esa plaza llenita de humanos y ese primate mirándonos desde lo alto. De repente, esa valla publicitaria fue secuestrada por unas personas vestidas de negro, que la agujerearon desde atrás, justo recortando la carita del mono, para destapar una pintada en la fachada que rezaba: "Su democracia es nuestra muerte"...o algo así, es que las letras eran pequeñas, . Hubo un momento de acojone. Yo ya estaba acojonada porque no dejaban de venirme pensamientos de muerte en avalancha (¿he dicho ya que no soporto las aglomeraciones?) Hubo silencio, y comentarios sueltos de protesta, incluso una kumba pilló el megáfono y con voz melíflua lanzó unos grititos a favor de la democracia. Por lo visto no hizo mucha gracia esa acción, supongo que las dos megabengalas que adornaban el eslógan daban algo de miedito, el fuego es poderoso. Pero yo me pregunto, ¿entonces a qué vienen las caretas de V de Vendetta?...¿o es que nadie ha leído el cómic o ha visto la peli?...tampoco hace falta llegar a esos extremos, pero un poco de acción siempre es estimulante. Al fin y al cabo, la burbuja de Plaza Catalunya está rodeada de símbolos del capitalismo más agresivo, y es puro terrorismo visual.
- Después de una larga cacerolada, de más de una hora de duración, unas personas se apropiaron del megáfono y nos dieron instrucciones. Teníamos que sentarnos, que eso se agradecía, y, ¡Dioses del Olimpo!, hacer una asamblea...Casi vomito...¿era necesario?...Imagino que la gente que ha empezado la acampada proviene de grupúsculos que se organizan así, y han  querido, con buena intención, compartirlo con todos los asistentes que han ido espontáneamente uniéndose al evento. Pero no hacía falta, de verdad, gracias. Lo siento, es que varios años de sobredosis asamblearia me han causado rechazo. Aunque pienso que el sistema asambleario y de comisiones (ecs, qué palabra) puede ser de utilidad para organizarse, no es el que yo prefiero, ni el que considero más recomendable como para andar mostrándolo en público. Un asamblea tiene la apariencia de horizontal. En teoría todo el mundo puede opinar, en orden y pidiendo tanda, eso sí, y las decisiones se toman en común. Por lo que se acaba haciendo lo que quiera la mayoría aunque sea una somera estupidez. Sí, así de claro. La dictadura de la mayoría tampoco me mola. A veces la mayoría acierta, y otras muchas la mayoría no es más que una masa de borregos siguiendo la última moda. Además, como en cualquier reunión humana, en la asamblea se montan subgrupos que juchas veces acaparan la toma de decisiones y manipulan al resto y yo me aburro. En cuanto olí la asamblea gigante, me fui corriendo de ahí, a mi casa, a reflexionar solita, como hago siempre.

Volví pues de esta revolución casera que se ha ido contagiando al resto del planeta, cosa que me parece sensacional, con una decepción y una esperanza. Me decepciona la total y absoluta falta de ideas nuevas. Me esperanza que por lo menos la ciudadanía intuya de lejos que algo no funcione y haga alguna cosita.

Pero yo, si me permiten, esta vez me voy a quedar en casa. Apoyo con todas mis fuerzas la unión terrícola frente a la corrupción, las mafias, la avaricia y la opresión de la clase política y la empresarial. Estoy en contra de este sistema económico. Estoy a favor de un planeta mejor repartido, abundancia para cada individuo. Pero me aburre, estética e intelectualmente, el revival de los setenta que está más visto que el TBO y que ya no aporta nada de nada. Si vamos al 68, yo prefiero la Space Age. Pero sigo prefiriendo ir hacia el futuro.Y como en el presente no encuentro soluciones que me parezcan prácticas y lógicas, sigo haciendo lo que siempre he hecho: expresar mi opinión y no entrar en el juego. Ni soy demócrata ni asamblearia, soy un ser humano y me preocupa la justicia y el planeta. Cuando decidan cambiar las cosas de verdad, avísenme y veremos. Gracias.


"...
—Pero... Profesor, ¿cuáles son sus creencias políticas?
—Soy un anarquista racional.
—No conozco esa categoría. Anarquista individualista, anarquista comunista, anarquista cristiano, anarquista filosófico, sindicalista, libertario... todas esas las conozco. ¿Qué es anarquista racional?
—Es el que cree que conceptos tales como «estado», «sociedad» y «gobierno» no tienen existencia salvo como ejemplarización física en los actos de individuos autorresponsables. Cree que es imposible compartir el pecado, atribuir responsabilidades, ya que el pecado y la responsabilidad se producen en el interior de los seres humanos individualizados y en ninguna otra parte. Pero, siendo racional, sabe que no todos los individuos se atienen a sus principios, de modo que trata de vivir perfectamente en un mundo imperfecto... convencido de que su esfuerzo no será perfecto, pero sin dejarse desalentar por ese convencimiento.
—Profesor—dijo Wyoh—, sus palabras suenan bien pero hay algo resbaladizo en ellas. Demasiado poder en manos de individuos... Seguramente que a usted no le gustaría que las bombas H, por ejemplo, fueran controladas por una persona irresponsable.
—Yo creo que una persona es responsable. Siempre. Si existen las bombas H (y sabemos que existen), algún hombre las controla. En términos de moral, no existe lo que se llama «estado». Sólo hombres. Individuos. Cada uno de ellos responsable de sus propios actos.
—¿Alguien necesita otro trago?—pregunté.
Nada acaba más aprisa con el alcohol que una discusión política. Encargué otra botella.
..."

"...
—Profesor, no acabo de entenderle. No insisto en que lo llame usted «gobierno»: lo único que quiero es que exponga qué normas cree necesarias para asegurar una libertad igual para todos.
—Querida señorita, acepto alegremente sus normas.
—¡Pero usted no parece desear ninguna norma!
—Es cierto. Pero aceptaré cualquier norma que usted considere necesaria para su libertad. Yo soy libre, al margen de las normas que me rodean. Si las encuentro soportables, las soporto; si me parecen detestables, las quebranto. Soy libre porque sé que sólo yo soy moralmente responsable de todo lo que haga.
—¿No respetaría usted una ley que la mayoría considerase necesaria?
—Dígame de qué ley se trata, querida, y le diré si la obedeceré.