lunes, 17 de diciembre de 2012

Lo mío es de ciencia-ficción

Ya dije aquí que a veces creo estar viviendo en una novela de ciencia-ficción.
Pues hoy, me reafirmo.
Y muchas veces lo que ocasiona tal sensación es el viaje en metropolitano.
El metro de Barcelona es la expresión total de una antiutopía.
La continua presencia de seguratas. Los frentes de picas. Los perros. Los músicos del mundo. Los turistas. La megafonía presumiendo de cámaras de vigilancia. La tele gigante. Las máquinas de cobrar. Los precios asfixiantes. La publicidad agresiva. Los plafones monocromos. Los largos pasillos subterráneos.
Dada la cantidad de personal dedicado a la caza de delicuentes que contratan, pareciera que más de la mitad de usuarios somos ladrones de muy baja calaña. Lo cual ya es un insulto, o al menos yo me lo tomo así. Lo único que quiero es moverme rápidamente por la ciudad y en el camino me tratan como a una rata. En cambio, personal de ayuda, de información, de atención, cada vez hay menos. ¿Dónde queda aquello del trato al cliente? No hacen falta camareros que me sirvan un café entre parada y parada, pero qué mínimo que un rato agradable. Prefiero ver graffittis, u otro tipo de obra gráfica, en las paredes, que anuncios con caretos cada vez más clónicos y desfigurados por la avaricia. Prefiero escuchar buena música en vez de los anuncios y las amenazas disfradadas de paternalismo. La tele está bien, y a veces las noticias me interesan, pero me gustaría poder escoger yo misma los contenidos. De hecho, ya todo el mundo puede consultar las noticias en su propio móvil, así que la tele del metro sólo se entiende como otra herramienta más de publicidad, que supongo es el último bastión que le queda al ayuntamiento de cuando el metro fue público.
Y no me creo que todo el montaje de seguratas parriba seguratas pabajo sólo sea para que paguemos el billete. También quieren educarnos. A obedecer, a pagar sí, a tener miedo.
¿Quienes?, me pregunto, ¿quienes son esas personas que envían el mensaje de la sumisión?, ¿quienes son "ellos"?, esa palabra que algunos de mis amigos no me dejan usar. Ellos, los que pretenden convertir al mundo en una antiutopía. Oiga, yo he leído bastante ci-fi. Y este tipo de maniobras SIEMPRE tienen a un gobierno mundial, megalómano y dictatorial con muy malas intenciones, detrás. ¿Quienes son ellos?,¿son los mercados, las empresas, los millonarios, las castas, las sectas, los supervillanos los que están detrás de todo esto?, ¿y por qué lo aceptamos los que no somos nadie?, ¿por qué hay humanos normales que aceptan los puestos de represión a cambio de un sueldo ajustado? 
No sé si serán los Iluminatti, los Annunakis o los Reptilianos pero estoy segura de que si encuentro las gafas de sol adecuadas, podré verles la cara. 


P.D: Para los no-cifi, esto último es una referencia a la película "Están vivos" de Carpenter.
Procuren ver y leer ciencia-ficción, quizá esas son las gafas que precisamos.





jueves, 29 de noviembre de 2012

Es una lectura

Barcelona, ciudad independiente...
y gris.
El frío acecha.
Ya los animalitos empiezan a necesitar calor.
Ya pasó la noticia del día.
Con Internet todo va rápido.
Llueve, sí, pero llueven datos. Constantemente.
Una nueva voz se alza.
Es la nuestra.
Compuesta de distintas voces, distintos tonos, palabras que se solapan.
Y un sólo grito.
De defensa.
Agarrarse a un salvavidas, ya vemos que no impide que nos lleve la corriente.
Y acabaremos por remar hacia el mismo lado.
Necesariamente los temas particulares ceden paso al drama común.
Y en común tendremos que buscar la salida.
Al peligro lo llaman de muchas formas según la bandera que tiña la lengua del que habla.
Pero acecha a todos por igual.
Y los amigos las deudas se perdonan.
Los representantes de la antigua forma, con sus viejos disfraces, pelean por quedarse pero se extinguen. Y algunos, se transforman. Las nuevas maneras brotan espontáneas empujadas por la  necesidad, con el traje de Peter Pan.
La carne y la máquina ya están unidas.
La ira está mal enfocada.
Pero sobreviviremos.






domingo, 25 de noviembre de 2012

#25N desde Barcelona (ombliguismo total)

En Barcelona, ciudad mutante, libre y musa. Elecciones autonómicas. 

Estamos nerviosos. Nos hemos discutido un poco con amigos que opinan distinto a nosotros. Hay una tensión contenida, signo innegable de que estamos vivos. Algo se mueve. La emoción independentista de Catalunya es un hecho. Nos guste o no. A mí me da un poco igual, en el sentido de que España, Catalunya, Europa, no me parecen más que denominaciones fronteriles sin más peso que el de una historia que se remonta a los primeros habitantes de la zona. Ahora se llaman así, mañana se pueden llamar asá. Ayer hablábamos latín mezclado con lo que se hablara aquí, hoy nos tiramos de los pelos por un idioma que mañana se habrá mezclado con otros. Si en el presente, la ola tira para cambiar de bandera, me da lo mismo, porque lo que yo me pregunto es si me gusta la idea de que haya una y sobre todo si es necesario y para qué.

También me planteo la existencia misma del juego democrático tal y como lo conocemos, organizado en círculos concéntricos de agrupaciones dependientes de una más grande. Yo me tomé muy en serio lo de "Ningú no ens representa" por que es verdad. A mí, por lo menos, sólo me represento yo. Es imposible que un grupo de personas bajo un lema me represente del todo. Ni a mí ni a nadie. Pero es mucho más cómodo delegar. Así, a rasgos generales este partido más o menos va a tirar por donde yo quiero. Pues ale. Y no está mal, oiga, no a todo el mundo le tiene que interesar la gestión pública. Hay de todo. Y como hay de todo, sería más justo que cada uno tuviera la oportunidad de tomar partido en aquello que le interese o le afecte. Esto quiere decir que cada uno debería, entonces, tener una opinión propia formada a través de una información lo más completa posible. Supongo que si algún día logramos esto, la representación por delegación ya no será necesaria, ni siquiera apetecible. Se acabaron los programas electorales y los eslóganes publicitarios, usted directamente podría tener acceso a las decisiones sobre lo colectivo. De momento, no es posible. No por que no dispongamos de las herramientas necesarias, si no porque no disponemos aún de los recursos intelectuales y emocionales que lo permitan.

Eso sí, la entrega y la alegría con la que mis conciudadanos se han lanzado a las urnas es enternecedora. Y merecería mejores resultados de los que la matemática de esta democracia va a mostrar. Creo que a través de las redes sociales estamos aprendiendo del diálogo. No comprendo la competencia entre partidos como si estuvieran metiéndose goles. Esos partidos representan, cada uno, a un grueso de la población y en teoría están ahí para escucharse y cooperar, para llegar a acuerdos que convenzan a la totalidad, demostrando su papel representativo y la responsabilidad que esto conlleva. Haciendo trampas y poniéndose zancadillas los unos a los otros, o promoviendo el enfrentamiento de cualquier forma, lo que resulta es un vergonzoso espectáculo. Por ahí preguntan quién ha ganado. Y pienso, ah, pero ¿se trata de un concurso?


jueves, 22 de noviembre de 2012

Tres cerditos

Hay que hacer verdaderos esfuerzos para abstraerse de las tendencias de cada individuo y lograr amar a la especie humana en su totalidad. Ser paciente y tolerante, suspirar. Y reirse un rato, para que no se nos enganche la estupidez. Soy bastante activa en Twitter y muy fan de las nuevas plataformas de interacción, que, en mi opinión, son la simiente de un cambio radical en todas nuestras estructuras, si es que somos capaces de llevarlas a un estadio distinto al del mero chafardeo y el entretenimiento. Pues bien, en Twitter, he tenido tres conversaciones distintas que me han llamado la atención.

1- El Señor Desahuciado que intuyo que no es tal: ¿Sabían ustedes que un puñadito de "Movimientos sociales" se reunieron hace poco con diputados alemanes? Probablemente no, porque, a pesar de su constante presencia y fuerte actividad en las Redes y en las calles, estos colectivos callaron como putas en esta ocasión. Lo de "Nadie nos representa" parece que quedó en el cajón de los olvidos. Yo me quejé de la falta de transparencia y de que no hubiera streaming (por lo visto los alemanes no quisieron) y me contestó muy airado un caballero, acusándome de no ir en persona a impedir su desahucio. Así, sin ton ni son, mezclando alegremente churritos con porras. La PAH fue uno de los colectivos que habló en esa reunión casi secreta. Me pregunto dónde estaba el Señor Desahuciado, en el caso de que lo sea, cuando alegremente compraba su pisito porque había que hacerlo, en las manis okupas de Barcelona de los años 90, cuando las Radios Libres eran el único medio independiente. Ahora tengo yo que correr a impedir su desahucio, ¿verdad? Si lo hago lo haré por compasión y solidaridad, pero por favor no me lo vendan como si fuera una nueva tribu urbana. Estos bancos desaprensivos, esta tomadura de pelo, por supuesto tiene víctimas que sufren. Pero de víctima a héroe hay algo más que llorar por las esquinas. La vivienda es más que un derecho, es un básico, un intocable. Cualquier persona con dos dedos de cabeza, y de corazón, está por la Dación en Pago. Pero hay más temas, por desgracia, y cada uno sufre los que sufre y lucha por los que lucha. Decirle a alguien que su opinión no cuenta por que no acude a su desahucio es como si otro se descojonara en su cara por haber sido tan corto de tragarse las mentiras de la propaganda de los cuervos. Pónganse en su sitio, hagan el favor. No permitamos que nos dividan.

2- El Sr. Comunista: Hoy, hace unos minutos, he leído una frase graciosa: "Si no queréis llamar comunismo a tener derecho al trabajo, vivienda, sanidad y educación, bien, pero sabed que cuando decís que vais a "hacer de vientre" realmente vais a cagar" En cuanto la he pensado dos veces he contestado que me parecía lamentable que se barriera para casa, o sea, que alguien se apropie de los derechos básicos de la humanidad para vender una ideología, desde mi punto de vista, caduca. Yo no le llamo al derecho a la vivienda, la sanidad o la educación comunismo ni nada que acabe en ismo. Un derecho no tiene nada que ver con una ideología o una cortriente. Es un derecho. Punto. Algo básico a lo que cualquier ser humano venga de donde venga, piense lo que piense, tiene el derecho de acceder. Si usted lo quiere llamar comunismo, bien, pero que sepa que la palabra correcta es DEFECAR. 
Este señor se ha ofendido muchísimo porque he criticado su frase y me ha pedido mi solución a la crisis. Le iba a poner que de eso no tengo. No tengo la solución. Sólo algunas ideas que me apetece compartir. Pero le he mandado "La Terrícola" porque una nunca sabe qué clase de persona se esconde tras un avatar y yo siempre intento ser optimista al respecto. En 10 segundos (tiempo récord para leerse este blog) me ha acusado de ver unicornios rosados, de fumar drogas y de Fascista.
Sólo respondo de lo segundo.
Lean ciencia-ficción, por favor. Es un ruego.

3- Nacionalismo, otro ismo que arrastramos: Tema inevitable en Barcelona, como no, en vistas de las próximas elecciones catalanas y de las conjuras entre la tele de Mas y TeleMadrid, en un absurdo baile de falsos enemigos que luego negocian en flamantes despachos la libertad de todos. Por lo que sea, una gran mayoría de gente, muchos por mero hartazgo del modus operandi clásicamente españolito, tiende a ver en la independencia de Cataluña respecto a España, una salida a esta inoperancia que tanto daño directo nos está haciendo. Yo no lo comparto, ni lo entiendo. Me parece una solución muy por los pelos, que se aleja radicalmente del verdadero problema y apoyada en un sentimentalismo estéril. Pero oiga, es mi opinión. Y no creo que precisamente yo tenga la verdad absoluta. Aunque tampoco que la tengan los demás. Los grupos de música sabemos que para estar seguros de que un arreglo es el adecuado primero hay que probarlo. Si no suena bien, a la basura. Y si nos convence, se queda. Hay que ser tonto del culo para imponer un arreglo que no queda bien solamente porque ha sido idea tuya. Y esta premisa es aplicable al resto de asuntos. Si la mayoría de mis conciudadanos quieren probar algo nuevo, estoy dispuesta a probarlo. Y no tengo miedo de que acaben con mi identidad, porque yo, la que tengo, no tiene nada que ver ni con ideologías, ni con patrias, ni con idiomas, ni con religiones. La formo cada día con lo nuevo aprendido.

Muchas gracias.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Preguntas

A pesar de las apariencias, me permito tener esperanza.
En cada batalla, hay heridos.
Algunos se matan.
Una violencia innecesaria e insultante.
Nos bamboleamos entre las mentiras, las ilusiones, el victimismo, los falsos héroes, la valentía anónima, el enfado y el miedo, y sin embargo no han dejado de crecer nuevas ideas y conceptos. Algunos aún anquilosados en el ayer pero con la voluntad de poner un piececito en el futuro. Y otros que directamente ya navegan hacia un horizonte completamente nuevo, despojados de prejuicios, aunque aún no lo sepan. El viaje continúa. Atrás quedarán los dinosaurios, con la piel estirada y el estómago lleno, que miran con despectiva en vez de perspectiva. Anticuados en su hacer, por lo pronto han perdido credibilidad total y la masa clama por un nuevo tipo de representantes, más arriesgados, más comprometidos, que aporten más ideas que panfletos del pasado.
El tiempo trabaja solo y, queramos o no, nos guste o no, barre con una fuerza estremecedora. Y pasa, el tiempo pasa. Las visiones que antes resultaban estrambóticas ahora empiezan a forjarse como si fueran nuevas. Pero la novedad sería llevarlas a la práctica.
¿Puede convivir el capitalismo con otras especies?
¿Puede englobar la democracia a todas las opiniones?
¿Puede funcionar una gestión global repartida en asambleas de asistencia física?
¿Puede la ciudadanía montar una red propia?
¿Qué hace un cliente cuando no le gusta el producto?
¿Y qué hace la industria cuando ve que ese producto no cuaja?
Podrá intentar de manera agresiva (a la fuerza o a través de la manipulación) meterle al cliente la mercancía, pero tarde o temprano tendrá que adaptarse a los nuevos gustos.
Salir a la calle es importante. También los actos diarios de rebeldía y oposición. Pero tal vez la manera más directa, y rápida, de conseguir avances notables es incidir en el consumo, no solamente en un día de huelga, si no ya como actitud.
Dejarles colgados.
Pasar de ellos.
Algunos "ellos" tienen nombres y apellidos, pero es más grande la tendencia que los empuja. Una manera de hacer que les ha dado mucha pasta, pero que es inútil a la larga en un planeta cuyo origen y destino aún ignoramos. Hay que ponerse a trabajar en nuestra propia evolución, ¿cómo queremos ser?, ¿a dónde queremos llegar?
Si hay un buen plan, se sigue.
Y si a alguien no le parece bien, que opine.
Dele al botón, "me gusta", "no me gusta"
Que el destino de la especie humana dependa de uno solo y de todos.
Y la gestión no dependa de la honestidad si no de la eficiencia. Porque el Ser Humano es tan sofisticado en sus apreciaciones, percepciones, pensamientos y sentimientos, que es demasiado frágil para llevar el peso de la moral. Una megacomputadora, sí, sí, lo que oyen, me da igual que suene a novela, una máquina fría y calculadora que cuente, reparta, anticipe, advierta de los posibles resultados de las decisiones tomadas en común por los humanos y gestione fácilmente los recursos y las reglas del juego.
Sí, puede que sea una idea estrambótica.
Pero el tiempo, pasa.



jueves, 25 de octubre de 2012

Patria

Hoy hace un día de esos tristón, grisáceo, la Niebla, la Nada, la espuma de los días...
Así que no me dejaré llevar por el pegajoso halo nostálgico del día. Intentaré mirar más allá de las nubes oscuras. A ver si lo logro.
BCN, ciudad independiente y aspirante a megalópolis referente y automatizada, año 2012. En plena crisis económica e intelectual. El arte quema en las hogueras de lo subterfugio. Allí arriba, los Dueños del Mundo comen diamantes y luego los defecan, brillantes por fuera, marrones por dentro. Como autómatas largamente programados, los robots del Imperio, los devoramos. Y de tanto comer mierda empezamos a ser el reflejo de lo que nos enseñan.
Los largos y finos dedos de los calculadores han pulsado los botones adecuados y una considerable cantidad de humanos han reaccionado inmediantamente a la orden. Cuantas veces lo habrán hecho ya, se saben la combinación de memoria, está en el manual. Demasiados años cenando marisco con el enemigo, han hecho de la Cúpula un paradisíaco lugar apátrida con leyes propias.
Algunos ya están hipnotizados. Algo extraño, perverso, oscuro, afectado, les ha incendiado. El miedo genera esperanzas exageradas y busca enemigos. Un ansiado cambio puede traer, en apariencia, cualquier nueva recolocación. Pero tengo claro que si hay inesperadas maniobras, es porque han sido negociadas en la Cúpula. Los buitres que la rodean buscan la manera de salvar sus culos. Su prestigio y su ritmo de vida dependen directamente de lo que el grueso de la ciudadanía gana para ellos. Deben convencernos para que sigamos manteniéndolos. Y perdida la confianza, sólo les queda jugar la carta del sentimentalismo. Del juego sucio. De la demagogia.
Lloramos. Pero ya no lloramos por lo que estamos perdiendo. Lloramos conmovidos por la visión de un horizonte que nos evite el sufrimiento. Un espejismo que pagaremos de nuestro propio bolsillo.
Me importa un bledo la patria, digo, y me da asco que le cuelguen el arquetipo de la madre con la promesa de deliciosas croquetas. Y no solamente, que también, porque es otra demostración de lo atávico del asunto, de los roles rancios de una sociedad pueblerina, si no ya por lo nauseabundo de lo repetitivo. La patria no es más que un invento anticuado fabricado por aquellos humanos que todavía temían cruzarse el mundo. Llamemos a las cosas por su nombre. Los países, las naciones, los territorios, son órganos de gestión en los que nos hemos repartido, herederos del estilo del pasado. Si hay que llorar por algo es por su organización deficiente. Eso no tiene nada que ver con la identidad. Ni, ya de paso, con la religión, con la moral, y si me apuran, con la ideología. Si no más bien con el reparto, la justicia y el pragmatismo.
¿No se dan cuenta? Hay un lugar en el planeta en el que la patria no existe salvo como tablero.


viernes, 12 de octubre de 2012

El futuro de la educación por Asimov

Asimov no era solamente un escritor excelente, si no además un erudito y una persona con un intelecto sin duda alguna mejor dotado, y utilizado, que el de la mayoría de Terrícolas. Si quedan cerebros así, están ocultos. Los fans de los titulitos (que de una manera ridícula parecen más importantes que la obra) tienen permiso certificado para escuchar al Maestro Pueden wikearlo: ISAAC ASIMOV

EL MIEDO ES ENEMIGO DE LA NOVEDAD


martes, 9 de octubre de 2012

Era Digital

Hace días que quiero escribir sobre nacionalismos, independencias, dependencias e identidades construídas sobre farsas costumbristas, pero al final siempre me da mucha pereza. Siento que la cosa, en realidad, no va conmigo, no me interesa, es más, me aburre. Pase lo que pase me adaptaré a los nuevos tiempos e intentaré vivirlos con dignidad. Pero me sigue pareciendo alucinante que en plena era del Google Translator continúe la discusión sobre lenguas e idiomas, por ejemplo. Y todavía más estupefacta me quedo al comprobar, a diario, el triste y tozudo empeño general en la conservación de modos que a todas luces empiezan a ser historia.
La Red lo ha cambiado todo.
Cuanto antes lo comprendamos, antes nos pondremos a trabajar en la sustitución de las antiguas maneras por otras, efectivas y constructivas. De nada sirve agarrarse a un barco que se hunde, por mucho que la orquesta siga tocando.
Y cuanto antes nos atrevamos a usar la nueva herramienta en serio, más espectáculos desoladores nos ahorraremos.
La información ya está ahí, imposible esconderla.
La verdad está a mano, con todos sus matices, sus versiones, sus interpretaciones y sus datos.
Ahora los títeres hipnóticos ya no tienen el poder de convencer. Y los ventrílocuos sólo pueden hacer una cosa: correr con el botín.
Parece que los cambios no son tan rápidos como aparentan. Este es un proceso lento y costoso, una transformación que exige su tiempo. Somos muchos. Y llevábamos toda la vida  atados a lo analógico. La Era Digital ha arraigado.
Es normal que sintamos miedo. Y vértigo. Y que intentemos ayudar a los de al lado. Es natural que se produzcan estampidas, y se radicalicen posiciones hasta la ridiculez. Es un sálvese quien pueda a cámara lenta. La contemplación de la agonía es terrorífica. Lo único que calma la angustia es buscar soluciones. Anticiparse al desafío, al accidente. Y lo bueno de la lentitud es que hay tiempo para pensar, para reaccionar.
El Ser Humano es un animal excepcionalmente imaginativo, con una fuerza de voluntad impresionante, el animal más creativo del Sistema Solar. ¿Cómo hemos conseguido volar?, ¿generar electricidad a partir de elementos que eran invisibles?, ¿observar un entorno que nos queda tan lejos como otra galaxia?, ¿cómo hemos conseguido conectar todas las mentes del planeta sin movernos de una silla? Con imaginación, con valentía y  ambición. Sintámonos orgullosos de nuestras capacidades. Aunque también hayan sido destructivas. 
Esa imaginación puede sin duda alguna, como ya se ha hecho en la literatura de anticipación, crear nuevos paisajes y estructuras, nuevas formas de gestionar, nuevos sistemas de funcionamiento. Tengamos la valentía de plasmarlos, de probarlos. Y la ambición de hacerlo mejor de lo que lo hayamos hecho hasta ahora.
El nuevo reto es la conformidad de todos. El bienestar de todos. La Red nos ha hecho conscientes de nuestra propia influencia sobre el mundo. Nuestra opinión, por primera vez, cuenta. La gente le da al me gusta y al favoritos. Interactuamos. Intercambiamos. Somos un Todo integrado por individuos. Cada uno de los pequeños empujones, mueve. 
Por eso pienso que es importante que  La Red llegue a todos los Seres Humanos. De acuerdo, no más que el alimento y las medicinas. Pero es la nueva educación. La posibilidad, por vez primera, de que todos podamos tener acceso a lo mismo. A los datos, a la cultura, al conocimiento, a la información. Y es importante también, para asegurar esto último, mantener a La Red al margen de las manera de hacer anticuadas, ofrecerla como alternativa.
Despegándonos del pasado tal vez logremos mirar cara a cara al presente. Y una vez presentados fijemos la vista en el futuro.
Lo único que puede salvarnos de un problema es encontrar la solución. Tal vez la tengamos delante de nuestras narices, como cuando buscas y rebuscas las llaves dentro del bolso y luego te das cuenta de que las llevabas en la mano. 
Pero estamos demasiado entretenidos manoteando la sobreinformación, intentando comer y pagar las facturas y esquivando los golpes de la fuerza bruta desplegada por quienes luchan por resistirse a la novedad. Pero la ola es demasiado grande y les atrapará también a ellos.
No hay más remedio que evolucionar en paralelo, un enfrentamiento directo entre tendencias no aportará gran cosa. Y además el reto está en ponerse de acuerdo. Hay unos básicos que son lo mismo para todos y cada uno de nosotros y esto hay que lograr establecerlo de una vez por todas. Quienes no son capaces de asimilar esto, podrían ir perdiendo credibilidad.

Como dice Hipercarga. Muta o Muere, amigo.
Avanza o quédate atrás.

jueves, 27 de septiembre de 2012

CRISIS

 He puesto en Google la palabra "Crisis" y en el primer link me he quedado. Vamos allá.

1   Mutación considerable que se produce en una enfermedad, ya sea para mejoría o empeoramiento. 

La primera acepción es sorprendentemente aplicable a nuestro actual estado. Por lo menos, desde Barcelona (ciudad libre, mutante y musa), las cosas se ven así, como una transformación de nuestra situación general. Hay movimiento y hay enfermedad. Se llama corrupción. O lo que es lo mismo, tejemanejes, chanchullos, engaños, injusticias, despropósitos. Gente que aprovecha su cargo para llenarse el bolsillo, el de su família y el de sus amigos, inconscientes del papel que representan, de la responsabilidad que les atañe. Una cosa es tener un poco de morro, que siempre va bien para moverse en este mundo, y la otra muy otra es la desfachatez y la inoperancia. Este comportamiento ha sido el virus maligno, el meme mal enfocado, que ha corroído nuestro sistema hasta los cimientos.  En vez de aprovechar las ventajas de la técnica y la tecnología, de la ciencia y las propuestas de las artes, para nuestro propio beneficio en cualquier área, hemos dejado que la avaricia, la mafia, la industria de hacer picar la carne, inocule hasta crear verdaderos monstruos. La cosa puede empeorar. Nos podemos encontrar bajo un regimen totalitario, tirano, esclavizante y generador de miseria (económica, cultural, de todos tipos). Pero también puede mejorar. Y hay síntomas de ambas posibilidades. La oportunidad de La Red no solamente no es menospreciable si no que contiene, en mi opinión, el ingrediente del éxito en la fórmula que podría ayudarnos a salir con vida de esta crisis. Uno de sus mayores logros ha sido la visibilidad. Nuestra visión se ha ensanchado, la información es más amplia. Pero también, y ahí veo yo la clave, nos ha enseñado a expresar, debatir y escuchar opiniones diversas. El Ser Humano es demasiado imaginativo como para cercarlo en enormes etiquetas en las que al final nadie se siente representado. Abogo por el individuo libre, único, mezcla mágica de todas las probabilidades. Esos grandes grupos de opinión han quedado desfasados, y las personas que los representan son ya cantores de un ideario ausente, caras y nombres que no dicen nada. Como mínimo debería haber muchos más representantes de diferentes opiniones, pero el juego de esta democracia no permite la singularidad, si no que deliberadamente agrupa picos de opinión pública basadas en sistemas de datación anticuados, con la única intención de mantenerse en el poder, en el palco desde el cual se hacen negocios a escondidas. Respaldados por los grandes grupos de comunicación, a su vez empresarios, y comfabulados con industrias planetarias que controlan esos mismos medios, los productos farmacéuticos, etc, y en fin, TODO, han olvidado que su único y principal deber era servir a los intereses comunes, asegurar los derechos básicos de toda la población, cuidar y aprovechar el entorno que les envuelve para beneficio de todos, estos seres humanos que habitan determinado espacio de la Tierra. Ahí están, haciendo negocios, y les importa una mierda que desaparezcamos de la Faz, que el Universo se quede sin Vida. Parece exagerado, pero si lo piensan un poco, se darán cuenta de que no. Oiga, y que a mí no me parece mal que se haga negocio. Pero no con lo que no les pertenece. Y se llenan la boca con los derechos de autor, qué hipocresía, mientras roban el agua y la electricidad, entre otras cosas. ¿Es demasiado tarde para cambiar ahora?, ¿o es que el propio sistema, o sea el modo en el que la organización está entretejida, está ya caduco?

Un nuevo modo de consensuar acuerdos comunes está en el aire, Twitter y Facebook nos lo ponen en bandeja. Contienen diseños de interacción que podrían aplicarse a un modo de participación ciudadana en las decisiones sociales mucho más horizontal. ¿No creen?

Metamorfosis, mutación. Crisis. Estamos dentro del capullo. Nunca mejor dicho.

Cuando salgamos abriremos las alas del futuro.

Y un abrazo a Madrid (ciudad libre, mutante y musa) por estar en la calle defendiendo lo que a todos nos afecta, en pleno meollo
 #25s 




miércoles, 19 de septiembre de 2012

Caja de Herramientas

Ayer leí un periódico. No suelo hacerlo. Ni veo el telediario. Me agobian las malas notícias, y encima lo arreglan con el dichoso fútbol, el celebrity-show (que, para qué negarlo, es lo que más me divierte) y un montón de muertes de todas clases, en todas partes, de cualquier forma. Además de las evidentes barridas para casa de las líneas editoriales. Pero hay que decir que son entretenidos, además llevan horóscopo, y de vez en cuando tienen buenas contraportadas. Ayer llevaba una entrevista al economista neoyorquino Stiglitz . Me recordó a la charla de Jordi Évole con el Sr. Anguita.
Ambos invitan a la organización ciudadana. Nos cuentan que es la única manera de vencer a la corrupción, el mercantilismo, el vampirismo y las absurdeces varias a las que nos tienen acostumbrados. La política ya no sirve. Cosa que, quizás, ya sabíamos, pero que dicha ya a través de los medios oficiales da un poco de miedo. Basta de delegar, es el mensaje, hay que implicarse. Quejarse no parece que sea suficiente presión. Y la violencia tampoco sirve, el establishment tiene un escudo, los ciudadanos, no. Los partidos pequeños son barquitas en el océano. El diseño de este sistema democrático no nos favorece. La Independencia surge como las fuentes de Montjuich con la idea de poner barrotes en las fronteras para unos, para otros con la esperanza de un cambio que nos proteja contra la miseria futura. Nos apretan por todos lados, todo sube menos los sueldos, si es que tienes uno. Mientras unos pocos se forran vivos, los otros debemos pagar por tener acceso a los básicos. Es tan escandaloso que deprime. Si los señores serios ya no confían en esta democracia, si dicen que el sistema capitalista no tiene arreglo y opinan que la Política está corrupta sin remedio, habrá que tomarlos en serio. Una cosa es debatir entre amigos, y la otra que mientras lo hagamos, los polos se estén derritiendo, nos estemos arruinando, los ricos nos estén vacilando y la policía esté repartiendo palos a destajo. Así, nos cuentan los señores serios que salen por la Tele, protestando, no conseguiremos nada. Hay que organizarse, participar activamente en los asuntos sociales y, en definitiva, salvar el mundo.¿Y cómo vamos a organizarnos?, ¿ninguno tiene superpoderes?, ¿algún profesor Xavier en la sala?

Mucha gente se queja de que los grupos de apoyo sociales son núcleos pesados, aburridos, anticuados, medio kumbas. La gente tiene curro, y famílias, u otros quehaceres que ocupan su tiempo y absorven su energía. Ir a bostezar o a discutir a una asamblea nos es un plan que apetezca demasiado. De todas formas cumplen labores de las que nadie se ocupa, ya sean algún tipo de ONG, asociaciones vecinales, incluso culturales, o colectivos centrados en poner cazuelas bajo las goteras del Sistema.  Imagino que, dados los últimos acontecimientos, habrán salido nuevos o habrán engrosado ligeramente sus filas. Pero está claro que siguen sin resultar demasiado atractivos. Tal vez necesitemos un reset. Imaginar nuevas y revolucionarias fórmulas, escucharlas, proponerlas, no considerar a priori todo una locura utópica, un remember absurdo, un algo imposible o inalcanzable. Los funcionarios, que están en contacto directo con la realidad en sanidad, educación y empleo, no deben dar ni un paso atrás, hay que seguir luchando, estirando, haciéndose ver y oír y pueden organizarse desde hospitales pirata hasta comedores alternativos para los niños, sin incumplir demasiadas leyes, ayudados por la sección Derecho, que también debe tener sus rebeldes.

Dentro mismo del sistema y en todos sus escalones (políticos, deportistas, periodistas, topmodels, empresarios, hijos de, consortes de, estrellas del libro y la canción, guaperas de cine y televisión, pijerío vario, medicos, científicos, funcionarios, diseñadores de tendencias, publicistas, rancheros, aristócratas, paparazzi...) hay y tiene que haber aún más, personas que estén alucinando con las desfachateces que a diario perpetúan ante nuestras narices humanos sin ningún sentido común. Esas personas que desde su balcón del establishment creían ser tocados por los Dioses, a los que de cualquier manera va a alcanzar el desastre ecológico y que tengan un buen cerebro a parte de apellido, titulito o cuenta bancaria deben definitivamente y con valentía mirar hacia abajo, hacia el pueblo, la plebe, la ciudadanía, la gente, los votantes, congéneres y contemporáneos. Abandonar radicalmente sus puestos en el establishment, conservando sus fortunas y su brillo de exitosos y llevándolos hacia las iniciativas que aseguren un porvenir afortunado para el planeta y para todos nosotros, ricos y pobres.

Ricos y pobres, pobres y ricos, acentuar las diferencias entre unos y otros no ha hecho más que hacernos más estúpidos a todos. Si nos diferenciara el talento, la inteligencia, la honestidad y la sabiduría, nuestra moneda sería mucho más valiosa.

Por nuestra parte quizás podríamos hacer mucho más que juntarnos en reuniones barriales, que ya están bien ahí tapando agujeros, y utilizar las Redes Sociales con mucha más presición. La evolución pasa a través de La Red. Y por utilizar la computadora, directamente, y a todos esos chavales que corren alegremente por los pasillos de las universidades, que dominan las nuevas tecnologías mejor que sus profesores. Así como todos esos cerebros potenciales perdidos en los laboratorios y oficinas, que han olvidado que la misión de la Ciencia y de la Técnica es siempre mejorarnos en todos los sentidos. Esa es la misión de nuestra especie. Cuidar de la Tierra. Conocer el Universo. Expandirnos. Crecer en conjunto.

Tenemos entonces: triunfadores rebeldes+organizaciones+Red

Las herramientas, ¿serían suficientes?

domingo, 2 de septiembre de 2012

Carne cruda, a la parrilla...libre


En casa del herrero, cuchara de palo. Mi padre trabajaba en RNE. Yo empecé en Radio Gracia cuando tenía 17 años. También hice programas (Casa de Brujas, Ciencia Infusa) en Radio P.I.C.A por once años, y en Contrabanda (Terrícolas, Misión Imposible, El último grito). La radio es apasionante para quien la hace. Pura creatividad y, muchas veces, la añoro. Nunca cobré por ese trabajo. Y siempre he visto a las Radios Libres como una estupenda vía de comunicación de la ciudadanía, de sus inquietudes y expresiones. Pero nunca he escuchado Carne Cruda. Ni soy fan de Radio 3. Las pocas veces que la he sintonizado, me ha parecido una copia de las emisoras libres y comunitarias (pero con más medios...muchos más), cosa que les honra, pues el resto de emisoras se dedican, o bien a la manida radiofórmula, o bien a la publicidad directa de los valores establecidos, siempre mediocres, aburridos y repetitivos, como su hermana, la Tele. Aún así me ha llegado la notícia del poco elegante cese de Carne Cruda, y de que han catalogado al programa del estilo de las "Radios Piratas". Siguen usando el antiguo término, muy romántico y relacionado con Radio Carolina y su emisiones desde un barco fuera de las fronteras cuyas leyes les impedían emitir con libertad música que obviaban las emisoras convencionales, para referirse a las emisiones libres del espectro que corresponde legalmente a la ciudadanía, derecho reflejado en la Constitución, contemplado en otros países, y de lógica vulcana. Los medios de comunicación pertenecen en exclusiva a empresarios cuyo último objetivo siempre es vender (valores que modelen el gusto del público según los productos del mercado en una eterna y hortera retroalimentación). Es decir, no son medios de comunicación si no herramientas de márqueting sazonadas con algún programa de entretenimiento inocuo. Por eso es valiente el Sr. Jordi Évole, porque aprovecha su espacio, quizás a veces con un pelín de sensacionalismo, para reflejar con humor una realidad de la que sus colegas no parecen ser conscientes. Seguro que también hay, y muchos, que piensan que Salvados es un programa del estilo de las "Radios Piratas" (o de las teles "piratas", que en Barcelona también la hay). Eso quiere decir que hasta ellos tienen una imagen clara de lo que significa una Radio Libre, del contenido y estilo de sus parrillas.
Javi Gallego, y otros periodistas o comunicadores, tienen la posibilidad, como la tenemos el resto de la ciudadanía, de hacer la radio que les gusta. Eso sí, sin cobrar, incluso pagando como socios y partipando en la organización. Sería estupendo que el tal Gallego, son sus conocimientos, contactos, colaboradores y oyentes, siguiera su labor en una radio libre, mientras cobra el paro. No es que no tenga donde emitir, es que no tiene donde cobrar. Como muchos otros. 
Todos los periodistas, titulito en mano, con cargo, están acojonados, ya sea por los recortes, ya sea porque La Red está acabando con los soportes clásicos y las maneras anticuadas. Yo comprendo perfectamente que lo estén y que todos tenemos que comer y pagar facturas, etc. Pero si de lo que se trata es de salvar la Libertad de expresión, de emisión y de recepción, y de salvaguardar la honestidad, la pluralidad, la calidad y la creatividad que permiten los medios, podrían, perfectamente, unirse a la ciudadanía en la labor de informar, de conservar la mirada crítica, de apoyar a los nuevos talentos, que hacen, con mayor o menor gracia, las Radios Libres o comunitarias. 
Eso sí sería un acto de valentía.
Aunque no le deseo a nadie aguantar el tedio de las asambleas.
Los medios, los tenemos. Se trata de aprovecharlos mejor. De ser conscientes de que están ahí y de que podemos usarlos. De no infravalorarlos o permitir que continúen sumergidos, pisoteados, escondidos a propósito.
Si las cosas fueran más o menos bien, y las cosas públicas estuvieran en buenas manos, no habría necesidad. Los canales de emisión estarían alejados de los intereses religiosos, económicos y políticos para conservar una sana independencia y objetividad, y la ciudadanía tendría el mismo derecho que un periodista titulado a ejercer su legítima de expresar y escuchar. Pero en estos momentos se libra una batalla peculiar. Es el momento de hacerse el héroe, y si Miguel Bosé (cuyos rubios desayunos en mansiones aún tenemos frescos en la memoria) dice que ha ido a más manifestaciones que a conciertos, quiere decir que cualquiera puede, usted también, y el señor Gallego, como otros afectados por esta infeliz circunstancia,  aprovecharla y ponerse de nuestro lado, en las parrillas libres, como gesto heroico sin precedentes. No hay que abandonar el dial, lo van a vender a gramos como el salami. Ay, si Tesla levantara la cabeza.



-Radio Pirata: Emisora que usa la parrilla como excusa para forrarse con la publicidad. El dial está repleto, sin embargo los políticos prefieren perseguir a las radios libres, confundiéndolas, a propósito. Cuando se realizó el documental sobre Radios Libres por La Tripulación del Comodín, yo personalmente llamé a todas las teles para ver si lo querían emitir. Fue rechazado por todas, y pude comprobar por mí misma el miedo que les daba el tema. Al preguntar, incluso me llegaron a decir directamente "porque a mi jefe no le gustan esas radios, está en contra de ellas". Ahí es nada. Sin embargo, una Radio Libre (o comunitaria) es una emisora hecha por la ciudadanía, con una parrilla dedicada básicamente a la cultura y a la información sobre temas que los medios comerciales directamente ignoran o incluso manipulan. Estas emisoras soportan actualmente una situación alegal y de constante peligro, cuando, sepan ustedes, en otros países funcionan incluso con la ayuda del Estado.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Septiembre

Amigos míos me han asegurado que en Septiembre la cosa se revolverá de nuevo. Claro, ahora estamos de vacaciones y hace mucho calor. Y puede que nos convenga un descanso si es que cuando vuelva el fresco  realmente nos vamos a poner en marcha. Lo cierto es que este Verano, las clases dominantes han aprovechado para morder un poco más de lo nuestro. De Vampiros está lleno el mundo, y ni siquiera se dan cuenta. Los que viven de los demás tienen siempre una ristra de excusas que les justifica frente al espejo. Saberse un monstruo debe dar insomnio. Y ya saben, que, a mayor grado de psicopatía, menor grado de empatía, o lo que es lo mismo, la incapacidad de saber ponerse en el pellejo del otro. Así lo arregla el Vampiro, así se justifica: la culpa siempre es del otro, por poner el cuello. La noticia con la que se ha cubierto el robo de políticos, empresarios y banqueros, ha sido precisamente la de un presunto psicópata que presuntamente mató a sus hijos a sangre fría. Escalofriante todo, no me digan.
La pregunta hayará respuesta en cuanto el personal de lo público se incorpore a sus puestos de trabajo, si estas personas tragan, estaremos perdidos. 
Además, los nacionalismos, arraiguen donde arraiguen, siguen con su particular juego de estar a la contra como si no existiera nada más que el rechazo al Otro.
Y así vamos perdiendo el tiempo.
Tras el hachazo, un poco de mercromina. Y la herida sigue sangrando.
El retorno de la honestidad y la vocación de servicio es algo por lo que vale la pena gritar. Todo lo demás no són más que eslóganes para almas ansiosas de pegatinas. Y las hay a millones, así nos han adiestrado.
A propósito o no. El camino al infierno está asfaltado de buenísimas intenciones.
Valentía e imaginación es todo lo que necesitamos después. Pero la honestidad es lo primero. 
Limpieza radical y reorganización de los órganos de Gestión de lo Público.
Eliminación de los Partidos y de sus cabezas parlantes (o lo que hay entre la sonrisa profidén y la corbata, o el pendientito de perla)
Democracia electrónica
Una computadora es más imparcial y lógica que un ser humano, y nosotros la hemos creado para facilitarnos la vida.
¿Por qué no está allí donde más la necesitamos?
Por que unos humanos están parapetados tras los muros de una Justicia que sólo favorece al dinero. Un dinero invisible que cuentan computadoras en cifras, no en billetes.
Y así ya les va bien.
No se conformen con una revolución de frases que quedan bien en una camiseta. No busquen caras, si no cerebros. No tengan miedo al cambio. Concéntrense en lo básico. Estén donde estén, ocupen el puesto que ocupen, no se olviden de que son humanos y terrícolas. No se acobarden a la hora de cuestionar el sistema, es un derecho y una obligación, nuestra misión es mejorar. No se queden en la queja y escuchen las nuevas ideas, propongan si las tienen. Rescaten ideas antiguas, o lo mejor de las ya probadas. Fantaseen con un mundo en mejores condiciones de todo tipo.Busquen, no se conformen, participen. 

Y en Septiembre, hablamos.

jueves, 9 de agosto de 2012

El Pan

El Ser Humano es un animalito con un cuerpo que funciona con comida. Por lo tanto el alimento no es un derecho si no una necesidad de primerísimo orden que los Estados y formas de Gobierno están en la obligación de asegurar y de proteger, así como de invertir el dinero ganado entre todos en la creación de modelos que permitan que la comida llegue asequible, sana y si puede ser, sabrosa. No hay excusa ninguna, ni ideología, ni lógica alguna que pueda posicionarse en contra de esta premisa. No hay nada más importante para la comunidad humana que el alimento. Es nuestra gasolina, nuestro carburante, son nuestras pilas. Alguien que considere dejar sin comida a un semejante, es simplemente un sádico. Un Gobierno no es nada más que un organismo que gestiona lo común. Todas esas polittizaciones absurdas y mercatilización de todo, están haciendo que olvidemos lo básico. Ninguna persona capaz de dejar sin alimento a la población debería formar parte de una empresa alimentícia, y eso es en lo que nuestros órganos de gestión deberían estar pensando y no en cómo favorecer a tal Grupo Económico, o perder el tiempo en debatir sobre el pequeño acto heroícopopulista del simpático Sánchez-Gordillo. Si este hombre pretende un minuto de gloria, bienvenido sea al espectáculo, no será el último ni ha sido el primero. Lo que importa es el mensaje, ingenuo, bonachón, de que unos vecinos son capaces de cuestionar al sistema económico cuando ven peligrar sus básicos. La actitud de los Supermercados es grosera y despectiva. No reciclan sus sobras y prefieren verlas pudrirse en un vertedero que darles el único uso por el que son cultivadas. El estilo robinhoodesco del romántico Gordillo es lo que tiene este humilde caballero a mano. Ustedes, los que visten trajes caros, viajan en primera, negocian con peces gordos, llenan sus bolsillos, estampan sus caras en los titulares, los que confunden orgullo con servicio, dinero con vida, ustedes los que tienen a mano la manera real, contundente, útil, incisiva, de poner fin a esta depravada forma de llevar las cosas, no demuestran más que desfachatez en sus minutos, y minutos, y minutos de gloria. Son las vedettes de la miseria. Y yo como espectadora, qué quieren que les diga, siempre me ha tirado más la lycra brillante de unas mallas verdes y una pluma roja. La bandera pirata de un barco de funcionarios rebeldes  navegando entre edificios grises. 

El señor Sánchez-Gordillo, que es gracioso hasta en el nombre, representa a un pequeña comunidad que se ha organizado de una manera que, con infinitas variaciones en el estilo, podría ser un útil ejemplo para poblaciones cuya vida gira entorno a la agricultura, la pesca y las indústrias concretas. El dinero de sus impuestos y el presupuesto del Estado para esos asuntos podría utilizarse para dotar a esas industrias de los avances de la tecnología y concentrarse en cómo utilizarlas de la manera más fectiva, menos contaminante, más segura. Se podría aprovechar el impulso de los trabajadores que están dispuestos a dar lo mejor de ellos para su buen funcionamiento, pues no solamente de ello depende su sustento, si no su significado vital. Esas comunidades están dispuestas a autogestionarse, lo que organizado de un modo coherente, a la larga los haría menos dependientes de las subvenciones, lo que descargaría considerablemente el peso económico que soportan las Arcas Comunes. Pero por algo que yo no soy capaz de ver, esto no interesa. Sospecho que el interés del Estado, de los miembros que lo gestionan,  está puesto en otras cosas, en grandes negocios internacionales que han olvidado su responsabilidad hacia el Planeta y la especie que tiene en sus manos su propia supervivencia. No se puede ser más egoísta. Ni más miope. Y mientras tanto,  pierden en tiempo en el intercambio de cifras demenciales, asustados de la muerte inminente, comprándoselo todo creyendo que eso los hará inmortales, disfrutando su corta y miserable vida sin compartir ni el pan. Y de paso con su escaso amor por el Arte y su apasionado gusto por lo mediocre, nos contagian a todos de su miopía, vendiéndonos la moto una y otra vez, para poder quedarse ahí medrando como asquerosas ratas que quieren llevar un collar de diamantes.

En las ciudades es donde están las Ratas, amigos y amigas. Y desde dentro no se cambia nada. Estar dentro es perderse en sus laberintos. Dentro no hay NADA. Dentro significa la cúpula, el peldaño. Fuera está todo lo demás. El actual sistema no sirve para todos. Otro sistema es posible.

Imaginemos, seamos valientes, busquemos la sabiduría de otros que saben más (donde quiera que estén, por favor, que salgan de sus cuevas), seamos humildes, seamos inteligentes. A lo bruto acabaremos perdiendo, y sangrando. No seamos tan simplones respondiendo a los puñetazos con la otra mejilla pero tampoco pensemos que un remiendo es la solución global. Comportarse con caridad es muy honroso pero no hay que confundir un acto en respuesta a una agresión, con el camino a seguir hacia una meta clara y consensuada. Entre los restos de todas nuestras sociedades y civilizaciones, de todos los sistemas que se han experimentado (obviando los prejuicios de los que nos ha llenado el sistema siguiente), de todos los que hemos creado a través de la literatura ( y de sus expresiones visuales), hay unas sobras estupendas que podemos reciclar.

¿Seremos capaces?






domingo, 29 de julio de 2012

Tecnocracia sí, por supuesto

TECNOCRACIA- Suena bien, parece que vayamos a bailar a ritmo de un Dj. Aunque en ese caso yo preferiría Electrocracia, y nada de David Jeta. En fin, que digo que la Gestión de los asuntos públicos, la repartición y la inversión correcta del dinero común, no debería estar en manos de la hija pija de un ladrón, de un señor demodé que negocia con bancos y empresas como si la pasta fuera suya, de alguien que va a cobrar un dineral forever and ever a cambio de nada. Es de lógica vulcana que estos asuntos recaigan en hombros fuertes, honestos, inteligentes, osados, conscientes, con vocación de servicio. El miedo es que estos "expertos independientes", o sea que no pertenecen a ningún partido ni ideología ni tampoco tienen afiliaciones empresariales, actúen al margen, también, de la población, y que sigan favoreciendo el robo, la avaricia, la injusticia y la orgía monetaria, manteniendo las cosas como están, o peor, pero esta vez ya con total legalidad (la impunidada ya existe). Claro, eso sí que no. Si un "experto independiente" equilibra la balanza de la energía, por ejemplo, en favor de una sola empresa que además es contaminante y cobra un dineral por el uso de algo que no debería tener dueño, hay que sacarlo de su puesto de igual forma que ahora tenemos ganas de que muchos inútiles dimitan de la vida política. Un grupo de sabios, de expertos, de gestores con sentido común, independientes, podría estar organizando nuestras indústrias, nuestros servicios públicos, con la cabeza despejada, el bolsillo vacío y el corazón lleno. Porque está claro que esos encorbatados y perlipendientadas sólo sirven para el paripé, el intermitente cambio de estupideces morales de una Ley a otra y para enriquecerse a costa de negocios sucios. Una democracia electrónica, en la que todo el mundo pueda presionar, participar, discutir y proponer, y un gestión límpia, honesta, es la única solución. Para llegar a una mayor ecuanimidad solamente una megacomputadora puede asegurarnos que cualquier Ser Humano no pueda ganar más de lo que merece sin invertir en cosas que beneficien a la Humanidad. Pero antes de asumir eso, no estaría mal desbancar a los títeres de los lugares que las empresas privadas sin escrúpulos, sin gusto, sin estilo, sin bondad, están cupando sin permiso. Delegar no está mal si las personas en las que lo haces parecen tener dos dedos de cabeza, en estos momentos la ciudadanía se interesa por la política porque no le queda más remedio. De esta gente que jamás pensó en dedicarse a ello, ¿no habrá personas capaces? Estoy segura de que sí, y rezo a mis Héroes y Heroínas favoritos para que empiecen a salir de sus escondites.
Las ideologías forman parte del pasado. Ahora mismo el descaro con el que unos pocos pretenden vivir por encima de sus posibilidades y, lo que es mucho peor, por encima de sus congéneres, es demasiado sangrante como para seguir permitiéndolo. Y ningún "ismo" es la salvación, pues somos muchos, con culturas muy distintas, y, mientras no podamos viajar a otros planetas, no nos queda más remedio que ponernos de acuerdo en unos básicos en los que el Planeta y la Vida sean lo más importante. 
No es normal que un tipo con cara de baboso lo mismo se ponga a organizar el Trabajo, que la Cultura, que la Economía. Lo que está haciendo es dar la cara mientras un grupito de asesores y expertos, precisamente, le dicen qué hacer y qué decir para conseguir popularidad, poder. Y sobre todo como disimular mientras nos da el hachazo y bancos y empresas que no se preocupan de las personas ni del futuro, llenan sus arcas y regalan sabrosas bonificaciones a quienes actúan a su favor.
Se buscan Nuevos Héroes y Nuevas Heroínas, sin más cara que una buena idea, sin más traje que la honestidad. Personas que tengan un sueldo decente y no esas millonadas que se llevan los actuales chupópteros, y que, cuando su labor termine, vuelvan a sus habituales empleos sin otra gratificación que el orgullo de haber hecho algo positivo para los demás. Se buscan personas inteligentes, generosas, cultas y dedicadas, con visión de futuro, valientes e innovadoras, sin otra aspiración o voluntad que no sea que las cosas, por fin, empiecen a funcionar. Ni titiriteros, ni titeres ni colocadores de tiritas con tintes progres o monjiles, ni remendadores, ni buscavidas. Otra cosa, por favor.
Tecnocracia por participación electrónica.
Y al primer movimiento en contra de los intereses de la población, a la calle sin contemplaciones.


miércoles, 25 de julio de 2012

Deporte y Vínculo

Iba a hablar de las Olimpiadas, segura de que todos los amantes incondicionales del deporte me saltarían a la yugular, a explicar por qué las detesto. Lo resumiré porque quiero hablar de otra cosa que se me antoja más importante, o más urgente.

OLIMPIADAS, DEPORTE Y EJERCICIO: La práctica diaria de ejercicio físico es algo que debería formar parte de la educación. Cierta disciplina de este tipo es esencial para el correcto funcionamiento y cuidado de nuestro vehículo, el cuerpo, y además proporciona una muy buena herramienta de canalización  y exorcismo de energías mentales. Nunca he entendido que Gimnasia sea una asignatura, en vez de un hábito. Ahora bien, ese cuento de las Olimpiadas como emotivo encuentro entre naciones nunca me lo he tragado. Competir entre países es insano, como lo son las guerras. Otra cosa sería la competición limpia entre individuos que son cracks en su campo, ya sea saltando palitos, lanzando martillos, corriendo tras una zanahoria imaginaria o saltando desde un trampolín. El ejercicio es necesario, el deporte es un entretenimiento que gusta, y sobre todo los espectáculos masivos tienen un atractivo indudable para la población mundial. Normalmente, qué curioso, las Olimpiadas suelen aprovecharse para la especulación inmobiliaria, la construcción de enormes circuítos que luego no se vuelven a usar nunca más y para que las ciudades se llenen de guiris y los comercios intenten hacer su agosto. Así que, para una persona a la que no interesa demasiado el Deporte como espectáculo, que se aburre soberanamente sin remedio en su observación, las Olimpiadas son un coñazo, un engañabobos masivo y una herramienta más del sistema para especular legalmente. Las de Londres este año tienen para mí algo especial: si la profecía de Parravicini se cumple, veremos si a Gasol le hace tanta ilu llevar la dichosa banderita. 

LA OTRA COSA: Es lo que me lleva rondando desde hace meses. Creo que aún no estoy preparada para hablar de ello pero intentaré por lo menos hacer un avance. En materias profundas una no siente que tenga nunca la suficiente información, ni el estilo, ni la sabiduría. Pero oigan, últimamente, los acontecimientos me empujan a una nueva visión de los seres humanos y su interacción con el entorno, que nunca antes se me había aparecido así. Se trata de la espiritualidad, si quieren llamarlo de ese modo, aunque yo sospecho que se trata más bien del respeto al Vínculo, a la relación de la Humanidad con su planeta y el Universo, a la comunicación emocional, interna, que desarrollamos los unos con los otros en este cortísimo plazo que es la vida, a la construcción cultural que hacemos al respecto. Las Religiones han sido, se supone, las guardianas de ese paquete, aunque ya sabemos que han degenerado más bien en facciones políticas y económicas, síntoma inequívoco de la pobreza y la miseria en la que hemos envuelto el Misterio de la Vida y del Amor. Yo odiaba las religiones porque las asociaba a las iglesias, es decir, confundía el mensaje motor con el mal uso por parte de las organizaciones que alrededor se forman. Siento de una manera muy palpable para mí que hemos perdido absolutamente el Víncculo entre nosotros, el Vínculo con lo que somos, lo que hemos sido. Si una presta un poquito de atención, y a mí siempre me han gustado mucho las mitologías, se encuentra con la misma historia contada de distinta forma, con diferentes disfraces. Ese siempre sorprendente y espectacular parecido entre Leyendas que surgen de lugares remotos del planeta sin aparente comunicación física entre sí  (los Ancient Aliens Theorist tienen su propia idea al respecto, muy divertida por cierto, ¡ciencia-ficción en la antigüedad!) me hace imaginar que en nuestra infancia como especie fuímos mucho más conscientes de nuestra ignorancia, y como hacen los niños y los adolescentes, convertimos en Sagrado todo aquello que sentíamos intangible y estrechamente ligado a nuestra capacidad de emoción. Es decir, procuramos a través de los Mitos, conservar en un lugar especial nuestra inocencia.
Me pregunto si esta obsesión por la juventud de nuestra cultura no será un reflejo precisamente de esto. Conservar un cuerpo joven y activo más tiempo es, sin duda alguna, una prioridad de absoluta necesidad para el Ser Humano. Pero hacerlo así, sin fondo, siendo nada más que cuerpos perfectos modelados en el quirófano, mantenidos en el gimnasio y reflejados en el espejismo de Photoshop, no nos hace recuperar de ningún modo, ni tampoco conservar, un ápice de lo que verdaderamente nos gustaría alargar de nuestra infancia y adolescencia: la inocencia, la inconsciencia, la magia de la aventura y lo desconocido, la maravilla de la Vida. Pues la explosión hormonal y la brutal capacidad de absorción de nuestro cerebro en aquellos momentos es precisamente lo que no puede obtenerse de manera artificial (al menos, de momento) y así intentamos retener desesperados, atrapados por la imagen externa, la juventud eterna. Buscando sin cesar la novedad, saltando sobre la superfície, arrastrados por la corriente, perversamente manipulados por quienes conocen nuestras debilidades y las usan para vendernos productos, hemos olvidado lo que nuestros ancestros trataban de explicarnos. Con gran generosidad por su parte. Cosa que no podrán decir de nosotros los que nos sigan.
No sé si soy capaz de explicarme. A todas luces, las empresas que se han hecho cargo de guardar ese sentimiento de Vínculo han fracasado, dejando como resultado una aterradora soledad. El Ser Humano, algunos por lo menos, se aferran a los dogmas como a un clavo ardiendo, por ese mismo motivo. Las religiones se han convertido en libros de instrucciones  que no han sabido renovarse, han metido las narices donde nunca se les debió haber permitido y han condenado al Vínculo a la inutilidad práctica. Así, huérfanos de conexión, andamos como zombis sedientos. 
Por primera vez en mi vida, hija como soy del pensamiento laico BCN's typical, me planeto la importancia de la religión, no como organización si no como expresión del Vínculo. Incluso empiezo a entender la necesidad de Héroes y Heroínas, de Mitos, de personajes que representen los mejor de la Humanidad, para tener un espejo verdadero en el que mirarse.

Si me siguen el hilo, hablaremos más de esto.
Buenos días, terrícolas :)

viernes, 20 de julio de 2012

KBN

Irresponsables con las manos manchadas de sangre y los bolsillos llenos de dinero.  Me siento sola. Mis vecinos sacan sus banderas al balcón. Yo no tengo ninguna. Me pregunto si serían capaces de pegarme por negarme a llevar la suya. ¿Por qué hemos hecho de la gestión de los asuntos comunes una cuestión de identidad? Las ideologías fueron bastión, hoy son tropiezo. Mires a donde mires, hay miedo. Y mientras tanto ruedan cabezas que no son las suyas.

Las Fuerzas de Seguridad protestan por sus pagas extras, quieren seguir cobrando por pegar, maltratar, hacer realidad las pesadillas de la gente. Si tuvieran los cojones de los que presumen usarían sus armaduras para proteger a los suyos. Pero no son más que perros con collar, atados, amaestrados, tienen la misma vergüenza que sus amos. Y también hay perras, esas mujeres uniformadas con el corazón ausente, esos hombres que ya no son humanos si no esclavos. Si aún les queda dignidad, o si la tuvieron algun día, llorarán al llegar a casa. Y si tienen coraje, no le llamarán a lo suyo un trabajo si no una psicopatía.

Batman, no llega, pero sí los villanos. Un hombre que mata. Un héroe que falta.

He esperado, con paciencia, palabras sabias que llegaran de las faldas del Olimpo. Pero nadie tiene la fuerza suficiente, o la valentía. En el País de Sálvese quien Pueda, el dinero es la causa y la solución. Quiero tirar los pocos billetes que me quedan a la hoguera. Me dan asco. 

Asimov, Sagan, Tesla, os rezo. En mi oración pido que gane la bondad. Que gane la inteligencia. Que gane la justicia. Que gane la lógica. Que gane el amor. Que gane la ciencia, y el arte, y las ideas nuevas, frescas, renovadoras. Que el río se lleve el ombliguismo amplificado, las falsas hermandades, el olor nauseabundo del asesino y del traidor. Del hombre anticuado, del ser de otra era, de quienes no ven más allá de sus propias narices.
Quemen las calles, derrumben monumentos, ¿y qué pondrán en su lugar? 
Si hay vida inteligente en este planeta, ya es hora de manifestarse.
Ojalá una nave alienígena aterrice en Londres y abduzca a los Reyes, a su corte y a su Plebe.

Klaatu Barada Niktó.



jueves, 12 de julio de 2012

Matutina

Estamos en manos de las empresas, las que no tienen leyes ni escrúpulos, la bestia, el 666, el monstruo devorador de la libertad, los alienígenas con corbata que vienen a ordeñarnos, la nueva esclavitud. Somos clientes antes que personas, somos clientes los unos de los otros, somos moneda, nuestra vida cotiza en bolsa. Estamos rodeados de una publicidad implacable que modela nuestras necesidades y nos convierte en obedientes compradores, que escenifica los sueños más íntimos de la psique, que se repite hasta la saciedad creando un modelo estándard, que ensalza la mediocridad y los instintos más básicos, que ataca desde todos los medios posibles hasta que la vista y el oído se agotan de buscar cosas nuevas, el imperio del alma gris y el sexo animal, una Idiocracia sin fronteras, la Marca tiene más fuerza que los valores humanos, la Marca será el nuevo valor humano.

Cierta dosis de frivolidad es el ingrediente indispensable para una vida de alegrías. La superficie es importante, es lo primero que vemos, lo que podemos tocar. Viva el sexo desenfrenado, apasionado y gimnástico, pero me parece de un mal gusto tremendo equipararlo en valor existencial a un automóvil, por ejemplo. Nos dicen como debemos ser para conseguir amor, sexo, amistad, hogar, transporte, sanidad, higiene, apartamento, y cuánto vale tenerlo. Sacad a los mercaderes del Templo. Se asocia el sexo a la música y a la moda, al Arte en general. La expresión del amor humano, de la atracción por el otro, el lenguaje no verbal de hacerlo apetecible, la impresión plasmada en el lienzo. Y con acierto nos lo venden todo unido y mascado, pasado por la máquina de hacer dinero, perfectamente empaquetado y contaminante. Atractivo el envoltorio, hecho a nuestra medida, nosotros picamos, y poco a poco la unión se desintegra. Atléticos, estirados, androides fabricados con parches, cyborgs de piel, el Nuevo Ser despierta como un hermoso monstruo de Frankenstein, eternamente joven, de sonrisa perfecta, delgado, diseñado por Photoshop. El espectáculo es precioso. Atrás quedará el homo sapiens, con michelines, arrugado, de uñas mordidas, de cara desnuda. Todo a nuestro alrededor así nos lo indica: ahí está el camino, sólo quien tenga dinero accederá a ese nuevo estado de la humanidad. Selección. La perfección no es para todos. Si tú no puedes permitirte una sanidad privada, eres un Nuevo Pobre. Eres los últimos coletazos de una especie en extinción, reducida al underground. No hay raza si no aspecto, porque la belleza se haya en todos los colores y esa mezcolanza es evolutivamente necesaria. El aspecto exterior es lo que vende, el papel de regalo. Estamos perdiendo el Norte con tanto entretenimiento destinado a la venta, estamos creyendo que un estatus es más importante que la supervivencia. Nihilistas en el fondo de nuestras almas, creemos que todo está perdido y nos suicidamos. La destrucción no nos importa. El presente será eterno, hipnotizados por el espejismo de la congelación de la  juventud.

Víctima de la observación del desmorone de la política vocacional del servicio a la ciudadanía, he albergado en mi seno un profundo malestar ante las instituciones. Desmoralizada por sus tejemanejes siempre en favor de las empresas, del dinero, de la más miserable de las actitudes de sometimiento e irresponsabilidad, atemorizada por unas fuerzas de seguridad al estilo de las antiutopías, dejé de tener confianza en la Democracia, en lo público, en la gestión de lo común. Como las subvenciones son un concurso poco nítido, las rechazo, las regalo, no quiero tu dinero, mi dinero, el que nos quitas, el que quedamos que yo te daría por mis horas de trabajo a cambio de unos básicos que no se están cumpliendo. Mi lógica vulcana no lo acepta. Todo eso es nuestro: los aeropuertos desiertos, los grandes edificios y parques a los que no se les da uso, los edificios de pisos abandonados, los hospitales, las bibliotecas, los centros cívicos, las ondas de radio, el TDT, el agua, el aire, la tierra que pisamos, los jardines de las ciudades, las obras de Arte de los Museos, las pelis que paga en Ministerio de Cultura, las escuelas, los monumentos, TODO eso es nuestro aún y hay que conservarlo y utilizarlo. Redirigir las subvenciones y hacerlas más eficientes, adueñarse de los espacios que los gobiernos están cediendo a empresas privadas, recuperar la sanidad pública, renovar el sistema educativo que ya está caduco y necesita un buen meneo. Hay tanto trabajo por hacer. Hasta ahora no he votado, ningún partido representaba mi opinión. Las derechas me resultan atávicas, las izquierdas disueltas, los centros derechistas, los indepes pueblerinos, los partidos minoritarios monotemáticos. Un panorama poco atractivo. Y ahí lo dejaba, convencida de que mi única fuerza de protesta útil sería la abstención. Un buen puñetazo a la política actual. Sin duda un pequeño triunfo. Pero no da una solución. Es sólo un susto, y los números, de todas formas, ¿quién los contabiliza al final? Echamos una papeleta, nuestros vecinos las cuentan, y luego...Me gustaría ver las votaciones computerizadas y contabilizadas por un ordenador imparcial programado por un equipo técnico fuera de toda sospecha, en directo por la tele, y no a esos candidatos de dientes largos atados a sus corbatas celebrando la victoria o fingiendo sufrir una derrota en un eterna Súpercopa. Me gustaría ver en directo como se aprueban o rechazan leyes que han sido sometidas a la votación popular, debatidas correctamente, a través de La Red, por ejemplo.

Podemos unirnos y devolver la fuerza a las instituciones públicas, transformar la política, limpiarla, reordenarla, organizarla para combatir el poder de la piratería de los ricos, construir una sociedad más eficiente con el planeta y con nosotros mismos, invertir en energías baratas y respetuosas con el planeta, en investigación para el desarrollo de técnicas que nos permitan mayor libertad, mantener al Ser Humano al margen de los tejemanejes de la economía mundial, autogestionarnos, ser un ejemplo, atar corto a los ladrones (Batman, ¿dónde estás?), crear un nuevo organigrama implacable con el abuso. Y con el tiempo, encaminarnos a una nueva era en la que la ciencia y la tecnología trabajen en favor de nuestra especie, como máxima prioridad, en la conservación de la Tierra y en la búsqueda de nuevos hogares. Que todos seamos ricos, abundancia para todos, juventud eterna para todos. El mismísimo dinero que está circulando por encima de nosotros ahora mismo, bien invertido, daría otros resultados.

Sabios del mundo, unid vuestras fierzas. No hay fronteras. Que la llamada de las vocaciones sea el grito unánime. Salvadores del mundo preparad vuestras mentes, la batalla no hace más que comenzar. Hasta ahora vamos perdiendo: las protestas de los mineros refuerzan una imagen de una industria que se pierde, ¿dónde están las nuevas, las que recoloquen a estas personas en otros puestos, la tecnología avanzada que permite menos riesgos de vidas humanas y más comodidad?, ¿dónde está la razón que valora el esfuerzo y dedicación de esas personas que con su sudor sostienen una industria?, ¿dónde está la responsabilidad hacia un trabajo que se sabe de antemano con fecha de cadudidad?, ¿dónde está la justicia que devuelve con gratitud los beneficios ganados  hasta ahora?, ¿en qué se invierte el dinero que la ciudadanía europea aporta al común? Mineros, ese mismo orgullo que conmueve, esa misma fuerza de corazón que ilumina las grutas más oscuras, esa piel que se tizna con las entrañas de la Tierra, puede empujar con gran ímpetu hacia donde vosotros queráis llegar. Hacen falta obreros con cuyos brazos levantar un Nuevo Mundo.

Así, a lo República Ciudadana de la Tierra, me he despertado hoy.

Bon dia :)

martes, 3 de julio de 2012

Fútbol y patria

Sí, he sido y sigo siendo la típica niña a la que no le gusta el fútbol. Me aburre. Una vez intenté asomar la cabeza y me descubrí como una fanática culé, o más bien antimadridista, por una cuestión estética pura y dura, además de influída por una educación que ha puesto más empeño en que yo sea del Barça que en cualquier otro aspecto de la existencia. Inmediatamente decidí volver a mi sentimiento original, los estados alterados de conciencia inducidos por la histeria colectiva sin un motivo de peso detrás, me sientan mal. Es decir, me sentía imbécil, que es exactamente como yo veo a los seguidores de este deporte, sobre todo a los que cosen los colores de la bandera de su equipo a su cerebro. Pero ayer sucedió una cosa en un modesto bar regentado por chinos. En la tele, un partido de la Eurocopa. Por suerte, el establecimiento no estaba muy concurrido, a la suma un par de mesas ocupadas, y me encontraba en la mejor de las compañías. De repente, en la puerta, aparece una família de aspecto indú, una madre y tres niños diminutos, de cuatro años como mucho. Los niños querían entrar a ver el fútbol, comprendí por los gestos, y la madre parecía explicarles que no, pacientemente. Al cabo de un rato, los tres niños entraron en el bar, sin la madre, sin dinero, y treparon a dos sillas emocionados y dispuestos a pasar un buen rato. La visión de esos tres pequeñajos de ojos enormes, entusiasmados ante la pantalla, me cautivó. Pensé que todos los futboleros tienen a un niño así en su interior. Y yo sigo siendo la niña que prefiere jugar a gomas o hacer una coreografía en la hora del patio, y que no tiene espacio suficiente porque el fútbol, dominado por niños masculinos, ocupa TODO el recinto. Así que no hay remedio, pierdo la batalla. La danza, la música, el espectáculo de calidad, con una buena escenografía, un buen vestuario, con palabras que transmiten emociones, no tiene ni de lejos el mismo atractivo para la masa que unos tíos con cara de simio vestidos de manera ridícula pateando un balón de un lado a otro del césped. Una vez aceptado el fracaso, no es impedimento para seguir observando.

El momento más friki de un partido es cuando cantan el himno de su país. Ayer fue gracioso, porque los de Italia tienen un himno con letra y la cantan a pleno pulmón. Luego salió el himno de España y los jugadores, calladitos, unos miraban al cielo sobrecogidos, otros debían estar cantando por dentro Bola de Drac.
Vivo en Barcelona, ciudad extraterrestre que dicen que pertenece a Cataluña, a España y a Europa. En esta ciudad muchos de los colores de La Tierra tienen representación, acogemos a todas las razas, todas las clases, todas las nacionalidades. Cuando yo era pequeña, cuando jugaba gomas, no existía aún esta diversidad, y estábamos en pleno auge de postmodernismo barcelonés, arrastrando un pasado terrorífico que a mí me sonaba tan antiguo como las guerras del Peloponeso que luego bostezaría largo y tendido en horas de aula. Mi cole era progre y moderadamente nacionalista. Molt català. Un cole que pasó de ser privado a concertado y luego a público por la generosa determinación del profesorado. Pillé de lleno el producto tardío del Rock Català. En mi clase había unos cuantos independentistas convencidos, unos pocos independientes mentales y una gran mayoría de nacionalistas que no sabían que lo eran, pero que saltaban a velocidad de relámpago siempre a favor del Barça, la lengua catalana y TV3. El Sr. Pujol hizo un trabajo delicado, minucioso y de un éxito tremendo.
Cuando juega la selección Española, que de sólo escribirla ya me da urticaria, en Barcelona se produce un fenómeno curioso. Ante el fervor estatal con La Roja (nombre de indudable kistch comunistoide que juega a la unidad patriótica) los nacionalistas catalanes se ponen malos. Y entonces te das cuenta de la cantidad de tiempo y energía, de esfuerzo y de emoción, que pone cada cual en la defensa de su bandera, de sus constumbres, de su territorio, de su organización y su economía. Los nacionalistas españoles son cristianos, de derechas, aviejunados tengan la edad que tengan, horteriles, capitalistas, homófobos, racistas, asesinos de animales (lo digo por la caza y los Toros), tienen buen recuerdo de Franco, un par de canales de televisión y radio donde sueltan a sus provocadores y no participaron en el  15M. Los nacionalistas catalanes acaparan dos generaciones: una más joven de izquierdas, socialmente comprometida al estilo vasco, con organizaciones juveniles a las que empiezan a sumarse en la pubertad, participaron en el 15M guardando la bandera en el bolsillo por el interés común, asamblearios, topeguays, feministas, marxistas, leninistas, y todos los istas que suenen a solidario y están en desacuerdo con sus mayores (los otros nacionalistas, cristianos, pijos, capitalistas, homófobos, racistas y machistas como los otros) excepto en la pasión por la terra.
Así me llega a mí.
En apariencia, algunos son más atractivos que otros. En común, los nacionalistas jóvenes y viejos, de derechas o de izquierdas, tienen un profundo odio por el contrario, el amor a una bandera y al equipo de fútbol que la representa, la memoria histórica más presente que el propio presente (y no digamos el futuro), la ciega determinación de un Orco en la defensa de su idea, y la absoluta convicción de que la oposición al otro, la lengua en la que se expresa, el lugar que habita, los colores de su bandera, el folcrore de la zona, y lo que hayan convenido en reconocer como costumbres dignas de ser mantenidas tiene el valor interno equivalente a su persona. Y yo, ahí, es donde difiero.
No tengo sentimientos de amor por la patria, nací sin ese don. Me gusta mi ciudad, por eso vivo en ella. Mis raíces están donde haya gente que me quiera. Hablo dos idiomas con soltura y chapurreo otro, y creo que los idiomas son maravillosos, que la palabra lo es. Mis costumbres cambian obligadas por la tecnología. Me interesa la organización de una sociedad más justa, más libre, más cómoda, más divertida, más inteligente, más efectiva, más sana.El Planeta me parece tan fascinante que no me atrevo a empequeñecerlo con una mirada cateta. Opino que la vida de todos los seres humanos, sin distición ninguna, tiene exactamente el mismo valor. Y que las diferencias son tan nimias, tan efímeras, tan dependientes, tan ilusorias, que no deberían estar por encima de la propia vida.  Por lo tanto para mí el patrotismo es un sentimiento frívolo, superficial, e inducido. Es, desde mi punto de vista, un atavismo, un resto tribal del que algún día nos acabaremos desprendiendo. De hecho, El Mercado se ha adelantado a la Ciudadanía en ese aspecto. Una vez más hemos dejado que el dinero nos arranque un fundamento.

Cuanto más divididos estemos, más diferente nos creeremos, más enemigos encontraremos. Y eso no quiere decir que me agrade un país más grande, si no que no contemplo las fronteras. Que España, que no es más que un nombre y un territorio que han ido cambiando con el transcurrir de la historia, representa para mí lo mismo que el carnet de identidad, un trámite burocrático sin ningun atributo humano. Los organismos de gestión sí me afectan, porque desde ellos se deciden las apuestas de futuro. Quiero invertir más y mejor en energía, que se investigue al respecto, que se avance, para que todos podamos tener agua potable, caliente, corriente, electricidad ilimitada, energía limpia, barata y respetuosa con el medio ambiente. Y dudo que alguien preocupado en sonarse los mocos con su bandera, en insultar al prójimo, en hacese pajas oyendo su himno nacional, esté racionalmente capacitado para llevar a cabo una labor inteligente en la gestión sobre esos asuntos. La prueba está en que desde su idea de nación, todavía no hay una propuesta novedosa y humanitaria, que yo seguiría sin importarme la lengua en la que esté formulada.

El fútbol es un deporte respetable, como lo son todos los demás, pero hoy en día es uno de los más grandes instrumentos de estupidización, un negocio fraudulento, de estética mediocre, de valores dudosos, y que representa el mayor engaño desde el que nos utilizan para el negocio de la guerra, y en sustitución, del merchandising.

Hay dos frases anarquistas cuya simplicidad me enamora:
Un patriota, un idiota
Ni fronteras ni banderas

Lógica vulcana.

viernes, 15 de junio de 2012

Viajar al espacio

Más o menos cualquier ignorante estudiante de la ESO, cualquier mentecátodo aspirante a sueldo, cualquier matrimonio jubilado que pone a parir a los inmigrantes, cualquier encorbatado que ocupe un despacho, cualquier novia de futbolista o de torero, cualquier infeliz que duerme en la casa de Gran Hermano, cualquier habitante de una zona poblada con tele, sabe que vive en un planeta llamado Tierra.
De ahí a que seamos conscientes de ello hay un abismo.
Un abismo, por otro lado, perfectamente salvable mediante la educación, la transmisión de conocimiento y  la información.
Mi amigo Ángel una vez me propuso un experimento. Me obligó a detenerme y mirar al cielo, era de noche y el firmamento estaba en pleno apogeo, y tomar consciencia, al menos un poco, de estar viajando sobre una roca giratoria engranada a un enorme, desconocido, maravilloso Universol. Jamás he olvidado ese asombroso efecto. Y les invito a hacer lo propio. Dicen, lo explica Sagan en Contact, que un astronauta que observa la Tierra desde el exterior inmediatamente se percata de la estupidez de dividir a la Humanidad en países.

A través de twitter se me ha antojado lanzar la pregunta: ¿Viajar al espacio debería ser una prioridad? Las respuestas han sido escasas, y provenientes de amigos que comparten ideales cercanos. Mientras tanto no paraban de aparecer en pantalla mensajes sobre Mariano Rajoy, el rescate de Bankia, el Sónar  y  los detenidos a causa de los últimos acontecimientos en Barcelona. Todo muy interesante, importante y de actualidad. Así que presumo que, al no contestar, mis compañeros twitteros consideran que, ni remotamente, viajar al espacio es una prioridad. Las respuestas recibidas, han apuntado, la mayoría, a que la prioridad es resolver los asuntos terrícolas.
Pues vamos apañaos, me digo. 

A día de hoy, nada nos indica que vayamos, en breve, a superar obstáculos que por lo visto impiden que el Ser Humano dedique su tiempo y energía a investigar y desplazarse a través del Universo. Hemos ido a la Luna, hemos lanzado sondas, tenemos satélites rondando sobre nuestras cabezas, hemos tratatado de investigar el sistema solar, y a la vez hemos combatido entre nosotros como verdaderos cafres, hemos sostenido una jerarquía económica insalubre, hemos agujereado la capa de ozono...Una cosa no quita la otra, como vemos.

Pero nuestro ombliguismo es cada vez más patente. Cuanto más grande se nos aparece el mundo, más pequeños queremos hacernos. Los nacionalismos están a la orden del día, con su particular abanico de insensateces egocéntricas, medievales, tribales, icansables en la búsqueda del enemigo que tan llevadero hace el propio malestar.

Ante un panorama descerebrado, la ciudadanía intenta recuperar a marchas forzadas lo que un día se dejó robar. Concentran sus esfuerzos en devolver la dignidad a la organización social. El Capitalismo vive sus últimos días tal y como lo conocemos, y los ladrones arramban con todo lo que pueden, por si acaso. Ninguna nueva ideología nace para revolucionar nuestras mentes, si no que se trata del sálvese quien pueda, para mayor o menor fortuna de la Humanidad en general.

Y como no sabemos mirar más que un par de metros en adelante, a nadie se le ocurre que este planeta y nuestra especie van a seguir aquí, o eso espero, cuando nosotros ya estemos disfrutando de una pensión o, por el contario, a un pie de la tumba (sin sanidad, sin hogar, sin pan). 

Miren: No comprendo como desperdiciamos nuestro cerebro, nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en solucionar los problemas que nos imponen otros con sus malas gestiones, ya no de lo público, si no, también, de lo privado. Creo que sería mucho más rápido, efectivo y radical, dedicar nuestras neuronas a buscar nuevas alternativas sociales, políticas, económicas y morales.

Si no es así, nadaremos siempre entre la mediocridad más absoluta, en la miseria intelectual, en la injusticia y la esclavitud. Y jamás podremos hacer lo único que creo que hemos venido a hacer: explorar, crecer, expandirnos.

Estamos en pañales en cuanto a viajes espaciales. Y es vergonzoso. Cantidad de nuevos materiales podrían estar transformando el modo en el que conseguimos la energía, por ejemplo. La consciencia de un espacio mucho más amplio podría estar transformando nuestra visión sobre la especie. La posibilidad de establecer colonias en otros planetas podría estar animándonos a experimentar con nuevas formas de organización.

Pero aquí estamos, apretujados.

Viajar al espacio no es una prioridad.

Qué pena, oigan.



miércoles, 13 de junio de 2012

Rescates

Vivo en un rincón del planeta que parece un enorme ombligo. Me atrevería a decir incluso que vivimos en un planeta formado por enormes ombligos, no el de cada cual, si no grandes ensaimadas de carne en espiral maquilladas con los colores de un equipo. Esta visión me produce escalofríos, el ombligo es la parte del cuerpo que menos me gusta. Le tengo manía, desde pequeña. Digamos que es mi antifetiche.
Consideraciones físicas a parte, esta semana me llaman la atención varios temas.

-Rajoy: Es ese hombre de escaso atractivo que dice ser mi presidente, al que no he elegido y que representa unos valores tan anticuados que me parece de otro siglo, de otro mundo. Vi la rueda de prensa en la que transformó en línea de crédito un rescate. Los juegos de palabras me apasionan, es un gran deporte. Tanto tiempo esperando a que me rescate un príncipe azul, como para que venga una rana e invite al charco a cerdos y buitres. Un despropósito. Además tuve la suerte de ver el paripé en buena compañía, que hace el peso más llevadero. Hay un mundo paralelo que se está desarrollando al margen de las artimañas de quienes pretenden seguir viviendo a costa de un sistema organizativo que a todas luces está dejando de ser útil, incluso para los que lo han disfrutado. Hay gente que vive al margen con valentía e imaginación. Los negocios de alta competición, esos movimientos económicos descritos en jeroglífico, ese juego de reglas complicadas y flexibles según el interés de los jugadores, debería ser puesto seriamente en duda, revisado y sustituído por otro más efectivo.

-La Caridad: Es esa actividad que calma los síntomas de un desastre, pero que no corrige el error. No digo que no sea importante ayudar al prójimo en los malos momentos, pero rescatar a la princesa del dragón no hace desaparecer a la bestia. Unirse, organizarse y superar las trabas es una buena actitud, pero no resuelve nada. Al carecer de verdaderas propuestas a las que pueda adherirse cualquiera, nos reunimos en pequeños grupos para esquivar los puñetazos. Pero las hóstias siguen cayendo. Y es tan provinciana nuestra mentalidad, aún, que sucumbimos ante el agradable espejismo de lo inmediato. Héroes y heroínas vestidas de mojigatas dan jarabe y ponen tiritas. Encomiable labor. Un aplauso, un premio, unos minutos de televisión. Y mañana un sillón en un buen despacho. Y la rueda no se detiene.

-Antisistema: A través de la prensa nos han lanzado esta palabreja, de modo que ahora cualquiera que se plantee el sistema organizativo que padecemos pasa a ser inmediatamente eso (o perroflauta, que yo creo que es un insulto directo y es un adjetivo al que jamás de los jamases me adscribiré, que una será pobre y desgraciada pero aún le queda estilo) Ahora una persona que protesta es antisistema. Y eso, perdonen, es una chorrada. Porque esa persona, hasta donde yo llego, suele consentir varias de las premisas bajo las que evoluciona nuestro sistema: tiene coche, tiene hipoteca, va a la universidad, anima a un equipo de fútbol, juega a la democracia, tiene todos los electrodomésticos y adminículos de "última generación", le gusta una determinada marca y quiere ser un individuo aprobado por la sociedad. El sistema no sólo son corbatas y votos, chalets y corruptelas. El sistema ha ido desarrollando unas costumbres a las que estamos tan arraigados, que nos resulta imposible ver más allá del ombilgo: imaginar otras maneras de hacer las cosas. Por que si las imaginamos y damos con una idea más justa, si perdemos por el camino nuestra percepción de lo que nos hace un buen ciudadano, pierde la gracia. Antisistema no somos nadie, salvo algún eremita que haya decidido apartarse del mundo, siento desmontar la fantasía de los mayosesentaocheros. De aquellas fechas, que se sepa, no salió gran cosa. La euforia colectiva es un placebo. Los cambios o son profundos y duraderos, o transforman por completo las costumbres y señalan nuevas direcciones, o no son más que ilusiones de adolescentes que, antes de hacerse adultos y aspirar a ocupar un lugar aceptable, quieren correrse una juerga para poder contar batallitas. Siempre estaremos bajo las normas de un sistema u otro, no tenemos más remedio que hacerlo para convivir. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí. Eso es el sistema.

No hace falta luchar contra algo que ya se está derrumbando por sí solo. Señalar los errores no es lo mismo que corregirlos. Paliar los daños no es lo mismo que encontrar la cura. Guillotinar a los supuestos culpables no hará morir a la bestia. Escondernos tras las piedras de nuestro país no hará encogerse al planeta. Un título no es garantía de vocación. Un puñado de tipos con pantalón corto cobrando una millonada no representan ningún valor moral imprescindible. Estar en contra de algo no conlleva estar a favor de otra cosa. 

Sigamos estrujándonos el cerebro. Puede que algún día nos atrevamos a pensar más allá de la ensaimada de carne.


miércoles, 30 de mayo de 2012

Don Dinero

Me gustaría saber si alguien ha propuesto alguna vez un sistema de producción, de economía, distinto al que sufrimos, y me pregunto porqué no lo estudian quienes se dedican a estos menesteres. Yo misma me interesaría, pero estoy demasiado ocupada en explotar mis recursos para el día, que tan oscuro se presenta, de mañana.
Pero sí he estado observando, desde mi rinconcito, que todos los problemas que tenemos están relacionados con el dinero. 
Mi conclusión es que el dinero es caca.
Una caca que necesito para pagar un techo y comida, porque todas mis otras necesidades no están en venta ni pueden satisfacerse con moneda. 
Parece que la caca se acaba.
Y si no hay caca, no hay trabajo, no hay casa, no hay de comer.
También el que nada en la mierda está acojonado.
El dinero sirve si fluye.

Me imagino, a lo ci-fi, un futuro en el que el dinero no sean más que dígitos acumulables, controlado su flujo por una máquina de eficiencia implacable, programada para repartir el dinero cuando sobra. La moneda en papel es ya un atavismo. La gente intercambia puntos con un dispositivo, cuando desea obtener el trabajo de otro. Pero lo básico está cubierto. No hay herencias, sólo viviendas ocupables. Hay comida suficiente, también puede repartirse. Los Robots trabajan para la Humanidad construyendo, realizando tareas peligrosas, encargándose de lo que necesita una ecuanimidad fuera de duda. Hemos conseguido viajar a otros planetas y organizarnos de formas distintas, experimentando. La sanidad, la información, la formación y la educación no se pagan y son continuadas, cualquiera puede acceder a ella cuando le plazca.

La energía debe fluír, como el aire.
El agua no debería pertenecer a nadie.
La electricidad podría ser planetaria, contínua y gratuíta.
El dinero es el Anillo Único.
La Red será Libre.
La Tierra es nuestra base.
El Universo nos espera.

Hagámoslo fácil.