TECNOCRACIA- Suena bien, parece que vayamos a bailar a ritmo de un Dj. Aunque en ese caso yo preferiría Electrocracia, y nada de David Jeta. En fin, que digo que la Gestión de los asuntos públicos, la repartición y la inversión correcta del dinero común, no debería estar en manos de la hija pija de un ladrón, de un señor demodé que negocia con bancos y empresas como si la pasta fuera suya, de alguien que va a cobrar un dineral forever and ever a cambio de nada. Es de lógica vulcana que estos asuntos recaigan en hombros fuertes, honestos, inteligentes, osados, conscientes, con vocación de servicio. El miedo es que estos "expertos independientes", o sea que no pertenecen a ningún partido ni ideología ni tampoco tienen afiliaciones empresariales, actúen al margen, también, de la población, y que sigan favoreciendo el robo, la avaricia, la injusticia y la orgía monetaria, manteniendo las cosas como están, o peor, pero esta vez ya con total legalidad (la impunidada ya existe). Claro, eso sí que no. Si un "experto independiente" equilibra la balanza de la energía, por ejemplo, en favor de una sola empresa que además es contaminante y cobra un dineral por el uso de algo que no debería tener dueño, hay que sacarlo de su puesto de igual forma que ahora tenemos ganas de que muchos inútiles dimitan de la vida política. Un grupo de sabios, de expertos, de gestores con sentido común, independientes, podría estar organizando nuestras indústrias, nuestros servicios públicos, con la cabeza despejada, el bolsillo vacío y el corazón lleno. Porque está claro que esos encorbatados y perlipendientadas sólo sirven para el paripé, el intermitente cambio de estupideces morales de una Ley a otra y para enriquecerse a costa de negocios sucios. Una democracia electrónica, en la que todo el mundo pueda presionar, participar, discutir y proponer, y un gestión límpia, honesta, es la única solución. Para llegar a una mayor ecuanimidad solamente una megacomputadora puede asegurarnos que cualquier Ser Humano no pueda ganar más de lo que merece sin invertir en cosas que beneficien a la Humanidad. Pero antes de asumir eso, no estaría mal desbancar a los títeres de los lugares que las empresas privadas sin escrúpulos, sin gusto, sin estilo, sin bondad, están cupando sin permiso. Delegar no está mal si las personas en las que lo haces parecen tener dos dedos de cabeza, en estos momentos la ciudadanía se interesa por la política porque no le queda más remedio. De esta gente que jamás pensó en dedicarse a ello, ¿no habrá personas capaces? Estoy segura de que sí, y rezo a mis Héroes y Heroínas favoritos para que empiecen a salir de sus escondites.
Las ideologías forman parte del pasado. Ahora mismo el descaro con el que unos pocos pretenden vivir por encima de sus posibilidades y, lo que es mucho peor, por encima de sus congéneres, es demasiado sangrante como para seguir permitiéndolo. Y ningún "ismo" es la salvación, pues somos muchos, con culturas muy distintas, y, mientras no podamos viajar a otros planetas, no nos queda más remedio que ponernos de acuerdo en unos básicos en los que el Planeta y la Vida sean lo más importante.
No es normal que un tipo con cara de baboso lo mismo se ponga a organizar el Trabajo, que la Cultura, que la Economía. Lo que está haciendo es dar la cara mientras un grupito de asesores y expertos, precisamente, le dicen qué hacer y qué decir para conseguir popularidad, poder. Y sobre todo como disimular mientras nos da el hachazo y bancos y empresas que no se preocupan de las personas ni del futuro, llenan sus arcas y regalan sabrosas bonificaciones a quienes actúan a su favor.
Se buscan Nuevos Héroes y Nuevas Heroínas, sin más cara que una buena idea, sin más traje que la honestidad. Personas que tengan un sueldo decente y no esas millonadas que se llevan los actuales chupópteros, y que, cuando su labor termine, vuelvan a sus habituales empleos sin otra gratificación que el orgullo de haber hecho algo positivo para los demás. Se buscan personas inteligentes, generosas, cultas y dedicadas, con visión de futuro, valientes e innovadoras, sin otra aspiración o voluntad que no sea que las cosas, por fin, empiecen a funcionar. Ni titiriteros, ni titeres ni colocadores de tiritas con tintes progres o monjiles, ni remendadores, ni buscavidas. Otra cosa, por favor.
Tecnocracia por participación electrónica.
Y al primer movimiento en contra de los intereses de la población, a la calle sin contemplaciones.
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