A pesar de las apariencias, me permito tener esperanza.
En cada batalla, hay heridos.
Algunos se matan.
Una violencia innecesaria e insultante.
Nos bamboleamos entre las mentiras, las ilusiones, el victimismo, los falsos héroes, la valentía anónima, el enfado y el miedo, y sin embargo no han dejado de crecer nuevas ideas y conceptos. Algunos aún anquilosados en el ayer pero con la voluntad de poner un piececito en el futuro. Y otros que directamente ya navegan hacia un horizonte completamente nuevo, despojados de prejuicios, aunque aún no lo sepan. El viaje continúa. Atrás quedarán los dinosaurios, con la piel estirada y el estómago lleno, que miran con despectiva en vez de perspectiva. Anticuados en su hacer, por lo pronto han perdido credibilidad total y la masa clama por un nuevo tipo de representantes, más arriesgados, más comprometidos, que aporten más ideas que panfletos del pasado.
El tiempo trabaja solo y, queramos o no, nos guste o no, barre con una fuerza estremecedora. Y pasa, el tiempo pasa. Las visiones que antes resultaban estrambóticas ahora empiezan a forjarse como si fueran nuevas. Pero la novedad sería llevarlas a la práctica.
¿Puede convivir el capitalismo con otras especies?
¿Puede englobar la democracia a todas las opiniones?
¿Puede funcionar una gestión global repartida en asambleas de asistencia física?
¿Puede la ciudadanía montar una red propia?
¿Qué hace un cliente cuando no le gusta el producto?
¿Y qué hace la industria cuando ve que ese producto no cuaja?
Podrá intentar de manera agresiva (a la fuerza o a través de la manipulación) meterle al cliente la mercancía, pero tarde o temprano tendrá que adaptarse a los nuevos gustos.
Salir a la calle es importante. También los actos diarios de rebeldía y oposición. Pero tal vez la manera más directa, y rápida, de conseguir avances notables es incidir en el consumo, no solamente en un día de huelga, si no ya como actitud.
Dejarles colgados.
Pasar de ellos.
Algunos "ellos" tienen nombres y apellidos, pero es más grande la tendencia que los empuja. Una manera de hacer que les ha dado mucha pasta, pero que es inútil a la larga en un planeta cuyo origen y destino aún ignoramos. Hay que ponerse a trabajar en nuestra propia evolución, ¿cómo queremos ser?, ¿a dónde queremos llegar?
Si hay un buen plan, se sigue.
Y si a alguien no le parece bien, que opine.
Dele al botón, "me gusta", "no me gusta"
Que el destino de la especie humana dependa de uno solo y de todos.
Y la gestión no dependa de la honestidad si no de la eficiencia. Porque el Ser Humano es tan sofisticado en sus apreciaciones, percepciones, pensamientos y sentimientos, que es demasiado frágil para llevar el peso de la moral. Una megacomputadora, sí, sí, lo que oyen, me da igual que suene a novela, una máquina fría y calculadora que cuente, reparta, anticipe, advierta de los posibles resultados de las decisiones tomadas en común por los humanos y gestione fácilmente los recursos y las reglas del juego.
Sí, puede que sea una idea estrambótica.
Pero el tiempo, pasa.
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