sábado, 13 de abril de 2013

Barcelona, abril, 2013

Barcelona, año 2013.
Por fin sale el sol.
Calienta.
Un frío invierno y un cambio de contador me han costado un ojo de la cara.
Una se pregunta si no tiene derecho a combatir el frío con una estufa de 2a mano comprada en un Cash converter. A decir de la factura de la luz, no entiendo como he pasado meses semicongelada y sin poder separarme del radiador, cosa que no ayuda precisamente a trabajr en casa.
Con el Sol, eso que me ahorro.
Camino por la calle y tropiezo cada vez con más vagabundos, con personas que duermen en cajeros o piden en las esquinas y en las puertas de los supermercados. En el metro, abajo equipos estratégicos se aseguran de que el dinero entra en los bolsillos de la empresa, arriba te persiguen muchachos para encuestas o captaciones. Miles de carteles de "se vende", "se traspasa" y "se alquila" en locales y viviendas. Da miedo.
Si hay personas que analizan los mercados, aparentemente no han encontrado la manera de esquivar ni la crisis, ni el cambio de perspectivas en las actividades empresariales e industriales por la aparición de internet, ni la escabechina económica perpetrada por quienes manejan la pasta. Estamos en bragas.
Mi oficio es sencillo y agradable, se trata de ser amable diariamente con personas que quieren comprarse algo o regalarlo. Soy dependienta. Mi oficio casi ha desaparecido. Las tiendas, cierran, o las gestionan directamente los dueños. Cuando no, las condiciones laborales han caído en picado. Pretenden que se trabaje todo el día, de pie y escuchando música aterradora por 900 euros al mes, que casi en su totalidad se van en alquiler y facturas de agua, luz, gas, internet y comida. No tienes ni para pipas.
No existe Plataforma de Dependientas Sin Trabajo ni nada que se le parezca.
La otra posibilidad es agobiarle a usted por teléfono o increparle por la calle, a ver si le vendo algo y cobro alguna comisión.
Veremos como se desarrolla todo. El paisaje no es alentador. Y ya no se trata de mantener el optimismo, si no de empezar a ser realista.
A este gobierno, ni a ningún otro, le importa un bledo el mercado laboral. Todo es postureo.
Ningún partido está aportando una solución real a este desbarajuste.
Nadie habla de previsión e inversión.
Son un desastre. Se pelean por chorradas. No se escuchan unos a otros. Todos quieren imponer. Todos hablan para sí mismos. 
Mientras tanto la gente, sin esperanzas,  adoran a vírgenes con el bolsillo lleno, y a héroes del siglo pasado. Corren desnudos envueltos en una bandera. Perdidos.
No hay pasta. La tienen otros.
En un hospital privado, un conserje de uniforme con sombrero le abre la puerta del coche y unos botones le llevan la maleta a la habitación. Parece Hollywood.Paga más de 100 euros al mes para pasar un día en Hollywood de vez en cuando.
Es todo muy absurdo.
Dan ganas de aplaudir como Totó (Milagro en Milán) cuando ve salir a los ricos de la ópera, envueltos en esplendor. Algunos tienen pensamientos más violentos.
Creemos que en verano, con la llegada de los turistas, tendremos más oportunidades.
Un lugar hermoso como el nuestro, con un clima maravilloso y la cocina ideal, y tener que estar mendigando a los que bajan del frío. Qué estupidez.
Pero, en fin, ya estamos acostumbrados.



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