lunes, 2 de abril de 2012

Al futuro por lo público

Basta de discusiones tontas. Basta de excusas, de marear la perdiz.
Las soluciones están muy claras y debemos tener la valentía y la imaginación de llevarlas a cabo.
Estamos pagando muy caro por el transporte, las energías y la salud, estamos pagando por una televisión ñoña y estúpida, estamos pagando mucha pasta, y la mayoría de ciudadanos están de acuerdo en pagar si  se invierte en mejorías para todo el mundo. Pero también estamos pagando un ejército que no necesitamos y pasándole una pensión a una religión que ya no compartimos. También les pagamos a una familia cualquiera privilegios por encima de las demás. La gente normal, de a pie, ya pagamos suficiente, no se nos puede pedir más. Estamos pagando por cosas absurdas, mientras nos quitan derechos fundamentales, pilares básicos de nuestra sociedad.

Necesitamos una estructura energética limpia. Que el día de mañana el planeta siga en pie, que no genere guerras.
Necesitamos una educación amplia y personal, que fomente la curiosidad.. Que el día de mañana los jóvenes humanos estén mejor preparados para seguir avanzando como especie.
Necesitamos un sistema sanitario efectivo y avanzado. Que podamos estar sanos y guapos el máximo de tiempo posible, en vez de dividirnos entre ricos y pobres según el estado de nuestros dientes.
Necesitamos transportes que nos lleven rápido a cualquier punto del planeta. Tan rápido y barato como viaja La Red.
Necesitamos comer en caliente y dormir bajo un techo cada día. Que algo que todos merecemos, no se convierta en una lucha por sobrevivir.
Necesitamos una cultura que apoye a la novedad y a la genialidad. Que una cara bonita no sustituya a un cerebro creativo.
Necesitamos que La Red llegue a todo el planeta, para estar conectados, y dejar de depender de la información manipulada de los medios apijotados.

Necesitamos libertad, comodidad y velocidad para ser mejores. Terrícolas en expansión.

Repartan la pasta equitativamente, con inteligencia y buen gusto.
 Si vamos a seguir trapicheando con dinero, que sea la moneda hacia el futuro y el progreso, no el pago por un mundo atrasado, tontol'haba y empobrecido, dividido.

Si la política, la banca y la empresa no son capaces de ver más allá de sus narices, habrá que obligarlos. En nuestras manos está hacerlo sin que corra la sangre.

El futuro del planeta y de la especie está en juego.

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